La gran fiesta del campo argentino

Nos vemos en Palermo

La Expo Rural ’09 del campo argentino se llevará a cabo en el predio de la Sociedad Rural en el barrio porteño de Palermo del 23 de julio al 4 de agosto. Se trata de la 123ª edición de la exposición agropecuaria más antigua y tradicional de América latina y una de las más importantes del mundo. Los grandes campeones se seleccionan al final de la muestra. El programa de actividades puede verse en http://www.exposicionrural.com.ar/.

Fiesta del Poncho

La 39ª Fiesta Internacional del Poncho que se desarrollará en la capital de la provincia argentina de Catamarca del 23 de julio al 2 de agosto mostrará las artesanías de cientos de artesanos de la Argentina y otros países de América latina. Shows en vivo de música y danzas folklóricas, comidas regionales, clases de cocina gourmet y conferencias sobre temáticas culturales serán atractivos adicionales. Información: http://www.turismocatamarca.gov.ar/.

Cabalgatas en Salta

Pioneros está organizando dos cabalgatas que llevarán a los jinetes a ambientes en la selva de yungas y el desierto en la provincia argentina de Salta. Cuesta 1.490 pesos por persona, que incluye alojamiento en refugios de montaña y todas las comidas y bebidas durante la travesía. Salidas el 27 de julio y el 3 de agosto. Información: 4382-5886.

Once días en Jujuy

Agreste, una agencia de viajes de Buenos Aires que se especializa en turismo no convencional para viajeros que se interesan por la cultura local y la naturaleza, conducirá una excursión de 11 días por los pueblos de la Puna y la Quebrada de Humahuaca en la provincia argentina de Jujuy del 24 de junio al 3 de agosto. Cuesta 1,730 pesos, que incluye alojamiento, media pensión, coordinador y todas las excursiones y traslados locales. No incluye pasajes aéreos o en bus. Información: 4373-4442.

Aviario gigante

El zoológico Temaikén en Escobar (a 50 km de Buenos Aires) acaba de inaugurar lo que sería el aviario más grande de Sudamérica, con 2.500 aves de 200 especies de las Américas, Oceanía, África y Eurasia en ambientes naturales en una superficie de 3 hectáreas. La entrada al zoológico cuesta 48 pesos y 35 pesos para menores de 10 años, con un 50% de descuento los días martes. Información: http://www.temaiken.com.ar/.

Iguazú Guía de Campo

Una nueva guía de campo trilingüe dedicada a la flora y fauna de la zona de las Cataratas del Iguazú, recientemente editada en la Argentina, será muy del agrado de los amantes de la naturaleza. Iguazú Guía de Campo, por Marcelo Beccaceci (South World, 2008, 67 páginas), contiene más de 500 ilustraciones a todo color identificadas en español, inglés y portugués, un mapa de los parques nacionales, y una breve descripción de la geología y geografía de la región. Cuesta 48 pesos y puede conseguirse en librerías tales como El Ateneo, Yenny, Cúspide y las franquicias de Boutique del Libro.

Un fin de semana en Montevideo

Una escapada de la olla a presión

Bonnie Tucker / FST
Montevideo, la capital del Uruguay, está a 40 minutos en avión o tres horas en buque de Buenos Aires. Las entradas por aire y por agua dan diferentes primeras impresiones de esta ciudad de algo más de 1 millón de habitantes, pero ambas –y sobre todo el trecho de la orilla del río que se extiende entre ellas– son válidas representantes de su personalidad.
Los porteños (residentes de Buenos Aires) y los turistas de otros países van a Montevideo porque saben que es diferente de Buenos Aires. Pero solamente cuando llegan allí y miran bien a su alrededor, se dan cuenta de cuán diferente es. La topografía ha ayudado a preservar la calidad de vida de los montevideanos.

Salvados por la Rambla
El puerto de Montevideo, que concentra el tránsito pesado de muchos camiones, opera en los confines de una bahía en el extremo oeste de la ciudad, y el aeropuerto internacional, que queda en dirección opuesta, está lejos del centro. La orilla sur de la ciudad, que balconea sobre el estuario del Río de la Plata, con el puerto y aeropuerto bien separados en cada extremo, ha sido preservada como una zona residencial de clases acomodadas.
Está embellecida por la Rambla, la avenida costanera de 22 km de largo, que con su ancha vereda desde siempre ha dado a todos los residentes acceso gratuito a playas y vistas perfectas del agua.
En cambio, la Costanera Norte de Buenos Aires sufre el tránsito pesado portuario, la proximidad de las villas miseria, el aeropuerto que la bordea, y los clubes, restaurantes y salas de eventos que tapan la vista al río. Si los porteños dan la espalda al río, es porque se les ha negado contacto con su lado del estuario. Por eso les gusta ir a Montevideo.
Montevideo es también mucho más chica que Buenos Aires (con una población de 1,4 millones, contra los 11 millones de Buenos Aires con su aglomerado urbano ). Ya con eso hay menos stress. Es una ciudad agradable, ordenada y un poco quedada en el tiempo que ha preservado buena parte de sus edificios Art Nouveau y Art Déco, además del fuerte colonial español que vigila su puerto. Su único edificio alto es la Torre de las Comunicaciones, de construcción relativamente reciente. Su gente es amable y parece más relajada que sus vecinos de la otra banda del estuario del Río de la Plata.
A algunos turistas les molesta que la mayoría de los negocios cierren los fines de semana; uno tiene que acudir a un shopping para poder gastar la plata. Pero cuando descubren la Rambla, se dan cuenta de por qué los montevideanos parecen tan relajados. Los porteños están más que envidiosos de la forma en que sus vecinos del “otro lado del charco” se toman el fin de semana libre sin ruborizarse y gozan del aire fresco y grandes espacios en la ancha vereda que da sobre tantos kilómetros de playas de arena frente el río. Ningún club, sala de eventos, restaurante o puesto de choripanes se interpone entre ellos y la vista de agua, agua y más agua. Pueden caminar, correr, andar en bicicleta, pasear el perro o sentarse sobre bancos para leer, tomar mate o mirar al agua en una zona residencial que está libre del tráfico ruidoso y pestilente de camiones.
Se dice que el ver agua calma la angustia de mucha gente, y el agua siempre ha formado parte de la vida de los montevideanos. Para ellos, el estuario es el “mar”, y llaman “océano” al Atlántico, que oficialmente tiene su inicio 120 km más hacia el este, en la punta de la península homónima de la exclusiva ciudad balnearia de Punta del Este.

Demasiado para tan poco tiempo
Montevideo es una ciudad ideal para quienes gustan de las ferias al aire libre, los espectáculos callejeros, el arte, las artesanías y las antigüedades. También ofrece una buena gastronomía y ropa de cuero y prendas de vestir de lana de calidad.
Si uno va por sólo dos días, pronto se dará cuenta de que lo que hay para ver y hacer en la capital uruguaya excede ampliamente ese lapso, y comprenderá que tendrá que volver.
La mayoría de los residentes de Buenos Aires que emprenden una escapada de fin de semana a Montevideo optan por los buques de Buquebus o Ferrylíneas porque las terminales son de fácil acceso desde el microcentro, se puede ir con el auto, y el puerto de la ciudad queda en la entrada a las zonas histórica y comercial de la capital uruguaya. (Asegúrese de hacer la reserva en un buque que hace el trayecto en tres horas, no en uno de los que lo hacen en cinco o más.)
Sin embargo, si un porteño desea deambular sin apuro por todas las ferias o hacer una excursión guiada por la Ciudad Vieja que comienza a las 10 hs el día sábado, tiene que tomar un avión, o embarcar en un buque el viernes por la tarde y pernoctar, porque los servicios matinales fluviales entre Buenos Aires y Montevideo no le dan tiempo para aprovechar la mañana.

Imperdibles clásicos
Para los turistas, los dos imperdibles clásicos de Montevideo son el Mercado del Puerto y el mercado de pulgas que se hace en la Calle Tristán Narvaja los domingos por la mañana.
El Mercado del Puerto se parece a una vieja estación de ferrocarril inglesa, y existen varias versiones sobre cómo la estructura llegó hasta allí. Fue inaugurado en 1868 como mercado de comestibles para los barcos, y terminó convirtiéndose en un pintoresco patio de comidas. En los antiguos puestos de su interior hay algunos restaurantes especializados en pescado o carnes rojas, y muchas parrillas con mostradores largos en forma de “U” donde se sientan sus clientes para comer asado
.
Una de ellas sirve un potente aperitivo llamado medio y medio (dos medidas iguales de vino blanco dulce y vino blanco espumante, o champagne, si prefiere). En el invierno la clientela bullanguera llena los pasillos y en el verano charla afuera mientras espera una mesa. Los fines de semana, músicos itinerantes amenizan el ambiente, y artesanos muestran sus creaciones sobre mantas en la explanada frente al edificio.

La Feria de Tristán Narvaja, que los domingos ocupa más de 20 cuadras de la calle homónima que corta la Avenida 18 de Julio, tiene todo lo que usted podría soñar, y más también. Es un lugar ideal para los coleccionistas de antigüedades, monedas, estampillas, libros antiguos y discos usados. Allí se vende cualquier cosa, desde ropa hasta plantas y mascotas. Abre a las 9 hs y los puesteros empiezan a levantar campamento a las 14 hs; como hay mucho para ver, conviene ir antes de mediodía.
La feria de antigüedades y artesanías que funciona los sábados en la Plaza Matriz en la Ciudad Vieja es una buena excusa para inspeccionar la plaza –la más antigua de la ciudad– y el resto del barrio.

Visitas guiadas y actividades
También los sábados por la mañana, las calles diagonales de la Ciudad Vieja se cierran al tránsito para formar una red con las peatonales existentes, para que actúen músicos y bailarines y se pongan puestos de arte, artesanías, libros y antigüedades. A las 10 hs, guías de la Municipalidad conducen excursiones de tres horas por el barrio desde el punto de encuentro en la Puerta de la Ciudadela frente a la Plaza Independencia. Para informarse sobre el programa municipal “Paseo Cultural Ciudad Vieja”, visite http://http://www.cultura.montevideo.gub.uy/.
Para los amantes del arte, la arquitectura y la música, hay varios buenos museos y excursiones guiadas.

Arteuy, un grupo de expertos en arte, lleva a los visitantes a los estudios de artistas en la Ciudad Vieja. La excursión da inicio en puntos de encuentro en tres hoteles y termina con un trago en el Mercado del Puerto. Para más detalles, ver http://www.arteuy.com.uy/.
En el centro, una visita obligatoria para quienes se interesan por el arte de la primera mitad del siglo XX en América del sur, es el museo en la Peatonal Sarandí 683 que muestra las obras del artista plástico constructivista Joaquín Torres García, fundador de la Escuela del Sur. Como su maestro, los alumnos priorizaron la expresión artística con identidad uruguaya y sudamericana. El museo está abierto todos los días menos el domingo.

También en el centro, el Teatro Solís (Reconquista y Bartolomé Mitre) la famosa sala lírica de Montevideo, recientemente reciclada, ofrece visitas guiadas en español, inglés y portugués de martes a domingo. Durante la visita de 50 minutos, dos actores intervienen de forma itinerante para ilustrar momentos clave en la historia del teatro. Para los horarios, visite http://www.teatrosolis.org.uy/.
El Museo Municipal de Bellas Artes “Juan Manuel Blanes” (Av. Millán 4015, en el barrio del Prado) ocupa un antiguo palacio de estilo italiano que una familia rica hizo construir en 1870. Tiene espléndidas exhibiciones permanentes de obras de los artistas uruguayos Juan Manuel Blanes (1830-1901) y Pedro Figari (1861-1938), así como un simpático café en una especie de gran jardín de invierno donde se presentan obras teatrales y se realizan conciertos. Está abierto todos los días menos el lunes.

Gastronomía
Nadie debe dejar Montevideo sin intentar devorar un “chivito” –un enorme sándwich con filetes de carne vacuna asada y muchos otros ingredientes, desde tomate, lechuga, huevo duro y queso hasta choclo, berenjenas en escabeche y aros de cebolla frita. El comensal ordena los ingredientes según su gusto y puede comer el resultado con cuchillo y tenedor sobre un plato, o en la mano, acompañándolo con una buena cerveza uruguaya. De todos los restaurantes que sirven chivitos, los más famosos y céntricos son los de las franquicias de La Pasiva sobre la Avenida 18 de Julio.

Quienes buscan algo un poco más selecto y bohemio pueden concurrir al Molino de Pérez, un viejo molino en el barrio de Malvín, que ha sido transformado en un restaurante gourmet y centro cultural. Allí se realizan exposiciones de arte y conciertos.

Vida nocturna
Los tres principales referentes de la movida montevideana son bares tradicionales: Bacacay frente al Teatro Solís; Baar Fun-Fun (Ciudadela 1229), famoso por su trago dulzón “la uvita”, cuya fórmula es guardada como un secreto de Estado; y Tabaré (Zorrilla de San Martín 152), donde se ha escuchado cantar a famosos artistas, desde Carlos Gardel hasta Caetano Veloso.

Eventos
El barrio del Prado alberga, además del antedicho museo municipal de bellas artes, las mansiones montevideanas más importantes del período de 1860-1890, y el predio de la Asociación Rural del Uruguay.
Este año, la gran exposición anual de la ganadería e industria del sector se realizará en el predio de la Asociación del 9 al 20 de septiembre. Para mayor información, ver www.expoprado.com.
Otra fecha a tener en cuenta es la de la Fiesta Nacional “Día del Patrimonio”, ya que durante el fin de semana en que se desarrolla, muchas casas y edificios históricos abren sus puertas al público, entre otros eventos de especial interés cultural. Esta fiesta se realiza a veces en septiembre, a veces en octubre. Este año, tendrá lugar del 26 al 27 de septiembre, y el tema es “Tradiciones rurales”. Ver http://www.sociedaduruguaya.org/ para más detalles.
FOTO CRÉDITOS: Montevideo vista desde el antiguo fuerte español, Bonnie Tucker. La Rambla, Bonnie Tucker. Un cañón del fuerte español, Bonnie Tucker. La Peatonal Sarandí, Bonnie Tucker. Mercado del Puerto, Bonnie Tucker. Feria de Tristán Narvaja, Bonnie Tucker. La Catedral frente a la Plaza Matriz, Bonnie Tucker. El artista Gustavo Vázquez, Bonnie Tucker. América invertida (1943) por Joaquín Torres García, Museo Torres García. Teatro Solís, Teatro Solís. Asesinato del General Venancio Flores (1868) por Juan Manuel Blanes, Museo Municipal de Bellas Artes "Juan Manuel Blanes." Un "chivito" uruguayo. Bebidas en el Baar Fun-Fun, Baar Fun-Fun.

Córdoba jesuítica con acento francés

Santa Catalina y El Colibrí, dos experiencias inolvidables.

Bonnie Tucker / FST
Santa Catalina
, el complejo de edificios mejor preservado de todas las estancias jesuíticas de la provincia Córdoba en la región central de la Argentina, queda a poca distancia a caballo de El Colibrí, uno de los hoteles boutique rurales más perfectos del país. Usted puede llegar hasta allí también a pie o en una de las bicicletas provistas por el hotel, pero ¿quién quisiera perderse la experiencia de ver (desde el lomo de uno de los caballos criollos de la propiedad, todos de riguroso pelaje overo blanco y negro) cómo se acercan las blancas torres barrocas de la iglesia de la antigua misión?

Apenas pasando el control de la entrada de El Colibrí se encuentran el club house y dos canchas de polo perfectamente acicaladas. El Colibrí tiene su propio equipo de polo. Pero también ofrece la oportunidad de que los huéspedes aprendan o perfeccionen su juego allí.

Más allá de un pequeño monte queda el hotel de estampa colonial pero de factura nueva, en cuya entrada los dueños y el personal dan la bienvenida a los huéspedes. Dentro del edificio existe un mundo de espacios enormes y colores hábilmente dispuestos, con control de la temperatura y humedad; altos techos abovedados; candelabros en dormitorios y baños, y la posibilidad de comer en distintos lugares de la casa. Es como una casa, pero con las dimensiones de un pequeño hotel. Al llegar, y si usted está de acuerdo, una empleada llevará su maleta a su habitación para desempacarla y ordenar su ropa en placares y cajones según el uso y color mientras usted toma el desayuno, almuerzo o merienda. Hay nueve suites y habitaciones. La comida es fantástica. Detrás del hotel, los caballos pastorean en un campo de alfalfa al otro lado de la pileta de natación.

Además de las actividades ecuestres, los huéspedes tienen a su disposición circuitos de karting y canopy, y están cerca de las canchas de golf de Ascochinga y Villa Allende. Se cuida cada detalle, y los dueños aman hacer que el lugar haga honor a su apodo comercial “estancia de charme”.
El Colibrí es la creación de Raoul Fenestraz, miembro de una de las míticas familias hoteleras francesas cuyos establecimientos figuran en la lista del selecto grupo The Leading Hotels of the World. Con su esposa Stéphanie y los tres hijos de la pareja, dejó el confort de París y Courchevel en 2001 para establecerse en Córdoba por el polo, la tranquilidad y la vida al aire libre de esta parte de la provincia. El acceso rápido y fácil al aeropuerto de la capital provincial (70 km) y a conexiones con Buenos Aires y destinos del exterior, también influyeron en la elección.
Para los aficionados de la historia, la cercanía de Santa Catalina (7 km) es uno de los atractivos de una estada en El Colibrí. Les recuerda que merced a la labor de los jesuitas, la Argentina colonial pudo disponer de artesanos y obreros calificados autóctonos.
Durante la mayor parte de su primera presencia en la futura Argentina (desde 1585 hasta 1767), la Compañía de Jesús financió con los ingresos provenientes de su red de estancias la labor de sus misioneros, así como la de sus escuelas y universidades en los centros urbanos. Los obreros en aquellas propiedades rurales fueron esclavos africanos e indígenas locales quienes recibieron alojamiento, comida, enseñanza religiosa e instrucción en artes y oficios que ejercieron sin paga, y además aprendieron a leer, escribir y tocar instrumentos musicales. La mayoría de ellos prefirieron este trato a la abyecta esclavitud a la que sabían que serían sometidos en las grandes propiedades de los colonos españoles vecinos. La riqueza producida por las estancias jesuíticas bien organizadas convirtió a la orden religiosa en un Estado dentro del Estado, suscitando la envidia y desconfianza de los reyes de España, Francia y Portugal, quienes expulsaron a los jesuitas de sus dominios locales y de ultramar durante la segunda mitad del siglo XVIII.

Las cinco estancias que quedan, y los edificios principales de la Compañía de Jesús en la capital provincial, comparten una denominación de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, y pertenecen al “Camino de las Estancias Jesuíticas”, un circuito de 250 km con el que la provincia busca alentar el alojamiento en hosterías y estancias cercanas a las antiguas propiedades coloniales. La Iglesia de San Ignacio no existe más. De las otras, sólo las iglesias, y algunos de los edificios administrativos, todavía están en pie. Las tierras de los jesuitas fueron rematadas y entregadas a otros terratenientes luego de la expulsión de la orden en 1767, y luego subdivididas, y sus universidades fueron nacionalizadas en el siglo XIX. La orden retornó a la Argentina en 1853, pero no volvió a abrir una universidad hasta mediados del siglo XX.
La estancia más grande fue Santa Catalina. La Compañía de Jesús compró la tierra en 1622 con unos pocos edificios en mal estado, mucho ganado y poca agua. Los curas no se arredraron; construyeron un ingenioso acueducto subterráneo que transportaba, por fuerza de la gravedad, agua desde las sierras de Ongamira. El sistema de riego que así pudieron instalar creó una rica estancia con miles de cabezas de vacunos, ovinos y mulares, además de cultivos, dos molinos y talleres especializados en tejeduría, carpintería y herrería. Les llevó más de 100 años construir la iglesia barroca de estilo centroeuropeo de la estancia, finalizada en 1754. Esta iglesia, y muchos de los edificios de la propiedad, están intactos porque han sido mantenidos por los numerosos descendientes de Francisco Antonio Díaz, el alcalde de la ciudad de Córdoba, quien compró Santa Catalina en un remate siete años después de la expulsión de los jesuitas, y se fue a vivir allí con su familia. Los descendientes todavía usan la mayoría de las habitaciones los fines de semana o durante las vacaciones.
Virginia Díaz, una de los descendientes, y su marido, Sebastián Torti, han instalado un buen restaurante y negocio de artesanías en lo que fueran los aposentos de los esclavos. En el local, que llaman La Ranchería, usted puede disfrutar de una picada y/o un asado mientras escucha las melodías celestiales de la música barroca americana del compositor italiano Domenico Zipoli (1688-1726), quien enseño música en Santa Catalina. Las reservas para el almuerzo o la cena deben hacerse de antemano al (0352) 542-4467, ó al (03525) 424-467. También es posible alojarse en una de las habitaciones admirablemente recicladas que fueran de los esclavos.
Procure hacer coincidir su visita con la colorida fiesta patronal que se celebra en la aldea al lado de la iglesia el 25 de noviembre, y la tradicional misa y procesión de acción de gracias que la familia Díaz realiza el último domingo de enero para conmemorar la milagrosa salvación de la muerte de su ancestro durante un ataque de indios.
Santa Catalina dista 20 km de Jesús María, uno de los pueblos del Camino Real, por donde pasaba el tráfico terrestre entre Lima y Buenos Aires en tiempos coloniales. A cinco kilómetros al norte de allí, por la Ruta Nacional 9 que corre paralela al Camino Real original, se encuentra la Posta de Sinsacate, construida en 1709 para alojar a viajeros. Facundo Quiroga, el notorio caudillo riojano, fue velado en la capilla de esta posta luego de morir en una emboscada en el vecino paraje de Barranca Yaco en 1835.

El museo de la posta tiene dos carruajes de esa época.Para ver qué más El Colibrí puede ofrecer, vea http://http://http//http//www.estanciaelcolibri.com/.

FOTO CRÉDITOS: Los caballos overos de El Colibrí frente a la Iglesia de Santa Catalina, Bonnie Tucker. Caballos de polo frente al Club House de El Colibrí, Bonnie Tucker. La pileta y la sala de estar principal de la estancia "de charme", El Colibrí. La universidad e iglesia que los jesuitas construyeron en la ciudad de Córdoba a principios del siglo XVII, grabado de época. El compositor Domenico Zipoli, retrato de época. La Posta de Sinsacate, Bonnie Tucker. La emboscada en que murió asesinado Facundo Quiroga, grabado de época.

Premios Lugares 2009

A mediados de cada año, Lugares, la revista de turismo líder de la Argentina, premia a personas o empresas que brindan una buena calidad de servicios que beneficia el desarrollo del sector.
La revista, que lleva 19 años ininterrumpidos alentando a sus lectores “a que no se queden en casa”, forma parte del Grupo de Revistas La Nación. La séptima edición de sus premios, realizada en el auditorio del Buenos Aires Design en la Capital Federal, otorgó este año distinciones en las siguientes categorías:
Fincas y Estancias: DOS TALAS (Dolores, provincia de Buenos Aires) es una estancia de una familia tradicional de descendientes de don Pedro Luro, fundador de la ciudad de Mar del Plata. El casco construido en 1893 tiene una vasta biblioteca y fue frecuentado por ilustres invitados de del mundo de la cultura europeo y autóctono durante todo el siglo XX. Los huéspedes son atendidos personalmente por los dueños. http://www.dostalas.com.ar/.

Posadas, hosterías y pequeños hoteles: EL MOLINO DE CACHI (Cachi, provincia de Salta), es una acogedora hostería de estilo colonial español construida en torno a un molino de granos del siglo XVII, que ocupa el desayunador. Los dueños, nacidos en la ciudad de Salta, fijaron su residencia allí en 1994 con el aporte de sus tres hijos. Instalaron un viñedo y bodega y organizan expediciones y travesías en la provincia para sus huéspedes. http://www.bodegaelmolino.com.ar/.

Hoteles: EL CASCO (Bariloche, provincia de Río Negro). El primer “art hotel” de la Argentina, es la creación de un conocido marchand de Buenos Aires, quien compró esta célebre propiedad de manos de una baronesa europea hace unos años y actualizó su planta para albergar su proyecto. Cada una de las 33 suites tiene varias telas originales de famosos pintores argentinos, y es célebre la cocina gourmet de autor de su chef. http://www.hotelelcasco.com/.

Museo: MNBA Neuquén (Neuquén, provincia de Neuquén). El primer anexo del Museo Nacional de Bellas Artes fuera de Buenos Aires, se instaló en 2000 en una sede provisoria gracias a los oficios del entonces encargado del área de Cultura y Turismo de la capital provincial. En 2004 se inauguró su sede definitiva, construida de acuerdo con los nuevos cánones arquitectónicos en materia de salas de arte. http://www.mnbaneuquen.com.ar/.

Personaje: VALERIA ATELA (Chascomús, provincia de Buenos Aires). En 1998, la actual Directora de la Orquesta Escuela de Chascomús decidió brindar a chicos y adolescentes de escuelas locales una vía alternativa en su formación, con la música como eje de ese proceso. Al principio fueron sólo 35, y hoy ya suman más de 350 alumnos, de entre 3 y 21 años, divididos en cuatro grupos etarios. http://www.orquesta-escuela.com.ar/.

Guías y pequeñas empresas de aventura: EL JABIRÚ (Las Lomitas, provincia de Formosa). Dos jóvenes naturalistas se instalaron en 2003 en la zona del Bañado de la Estrella, un magnífico humedal donde habitan más de 300 especies de aves. Se especializan en la organización de viajes a medida por la región, incluyendo el Parque Nacional Río Pilcomayo y alrededores. http://www.eljabiru.com.ar/.

Actividades: BIG ICE (El Calafate, provincia de Santa Cruz). La empresa, que hace 20 años es concesionario del Parque Nacional Los Glaciares, se hizo famosa con su exitosa excursión guiada conocida como Minitrekking, que posibilita al turista caminar con crampones sobre una pequeña parte del Glaciar Perito Moreno. Durante la temporada 2004-2005 fueron por más, ofreciendo Big Ice, una travesía de día completo más hacia el centro del glaciar. http://www.hieloyaventura.com/.

Gourmet: LAS BALSAS (Villa La Angostura, Neuquén). Hace ocho años que el chef Pablo Campoy, 34, tiene a su cargo la cocina de Las Balsas, un hotel de la prestigiosa cadena Relais & Châteaux. Desde su llegada en 2001, luego de haberse fogueado varios años en la Argentina y España, Las Balsas ha ganado varios premios y menciones que consagran su restaurante como uno de los mejores fuera de Buenos Aires. http://www.lasbalsas.com/.

Nieve para esquiadores

Olvídese de la primera temporada baja; vaya en agosto.

Antonella Romano / FST
Luego de hacerse esperar durante gran parte de junio, la nieve ha llegado a la cordillera, para alivio de los centros de esquí, que en la Argentina promueven sus “ski weeks” en la Expo Nieve que se realiza en Buenos Aires a principios de mayo.
Si bien se consiguen descuentos haciendo la reserva con anticipación, no es buena idea apuntar a la primera temporada baja (en junio), porque en muchos centros ya van varios años que hay poca o ninguna nieve en esa época. Es como jugar a la lotería: uno puede perder o ganar, en ese orden. Basta mirar los portales de los centros de ambos lados de la cordillera: a mediados de junio, muchos estaban todavía desactualizados. El único centro honesto fue Las Leñas, cuyas tres cámaras en vivo mostraban en tiempo real la triste realidad: sólo unos escasos manchones de blanco. Esto posiblemente sucedió porque este centro del sur mendocino fue uno de los pocos que en 2009 se atrevieron a anunciar la apertura de la temporada para el segundo fin de semana de junio.

Pero luego llegó el premio: el 17 empezó a nevar copiosamente, tres días antes de la fecha clásica de apertura de muchos centros en años anteriores.
Julio es un mes más seguro, si bien la temporada alta inflige precios acordes a las circunstancias, además de gran afluencia de público, por las vacaciones de invierno. Agosto es el mejor mes de todos: hay nieve sobre nieve acumulada, menos esquiadores porque ya pasaron las vacaciones de invierno, precios más bajos, y no empezaron todavía las rachas de menos frío que pueden adelantar un cierre de temporada.

Este año la mayoría de los centros ha anunciado su cierre para principios de octubre, pero el cumplimiento de esa fecha dependerá, como siempre, del comportamiento del tiempo, que está cada vez más impredecible.
En la Argentina los centros donde la nieve parece durar más son La Hoya (Chubut), por la orientación de la montaña, y Cerro Castor (Tierra del Fuego), también por su orientación, y por su cercanía (1.000 km) a la gran heladera que es la Antártida.
En el sector sur de los Andes los centros líderes son Catedral, Las Leñas, Chapelco y Cerro Castor en la Argentina, y Portillo, Valle Nevado y Chillán en Chile.
Hay muchos otros centros, todos más pequeños o emergentes, sobre todo en la Argentina.

Todos los centros argentinos y chilenos tienen escuelas de esquí y snowboard como así también pistas para todos los niveles que atraen a gente de todas las edades. Muchos de los que se dedican al esquí alpino también han abierto sectores para el esquí de fondo, o nórdico.
La elección de un centro de esquí depende de las circunstancias personales de cada uno, su concepto de lo que es una vacación y, tal vez en último lugar, sus pretensiones en cuanto a paisajes. Y la mayoría de los esquiadores experimentados quieren nieve en polvo.
Además del precio y el paisaje de un determinado centro invernal, importa, para muchos, si hay esparcimientos adicionales allí o en una ciudad cercana. Otros prefieren un lugar alejado del mundanal ruido, adonde va la gente que sólo quiere esquiar.
Las Leñas, Caviahue, Portillo y Chillán están lejos de ciudades, mientras Valle Nevado y Catedral se encuentran muy cerca de la “civilización”.

Los centros invernales con los paisajes lacustres más anchos e impactantes son Catedral y Cerro Bayo. Desde las pistas de Caviahue, la vista del lago homónimo, rodeado de un extraño paisaje volcánico salpicado por extravagantes bosques de araucarias, es simplemente inolvidable.

Las Leñas y Portillo ocupan valles en la vastedad cordillerana, mientras algunas pistas de Antillanca ponen al esquiador entre los picos y conos volcánicos de los Andes.

Ubicado al pie de un macizo volcánico, Chillán tiene piletas termales exteriores frente a sus dos hoteles, y un spa termal muy completo en el mejor de ellos. También tiene la famosa aerosilla doble Don Otto, de 2,5 km de largo, que llega casi hasta el borde del cráter del volcán Chillán Nuevo y el comienzo de tres “pistas rojas”, también a nivel de los otros picos andinos cercanos. (N.B.: Debido a la adjudicación por parte del municipio de Chillán del manejo del dominio esquiable, el Hotel Pirigallo y el Valle Hermoso a un nuevo concesionario, el predio, que antes se llamaba en su totalidad “Termas de Chillán”, marca registrada por el anterior concesionario, ha pasado a llamarse “Nevados de Chillán, y el hotel, “Nevados de Chillán Hotel”.)
En los últimos años, muchos centros invernales argentinos han venido desarrollando zonas fuera de pista para esquiadores expertos que buscan adrenalina sobre nieves vírgenes (pese a lo cual recién este año se empezó a promover en la Expo Nieve el uso del casco en la montaña).

En la Argentina, los servicios de heli-ski (traslados en helicóptero a lugares donde nadie ha esquiado) se realizan principalmente en Las Leñas, pero también en Chapelco. En Chile se ofrecen en todos los principales centros invernales.
También hay competencia entre centros para ofrecer la bajada ininterrumpida más larga. Durante mucho tiempo Las Leñas mantuvo el liderazgo en la Argentina con una combinación de tres pistas que suma 7 km. Después, Caviahue hizo saber que su off-piste que arranca casi en el borde del cráter del volcán Copahue es de 8 km. Ahora, Catedral anunció que su nueva aerosilla cuádruple Nubes, que llega a 2.100 metros sobre el nivel del mar, le permite ofrecer una bajada de 9 km. Pero la famosa pista Tres Marías de Chillán alcanza los 13 km.
Antes de hacer una reserva o comprar un paquete “ski week” en cualquier lugar de la cordillera, consulte la página del centro que le interesa para verificar si el clima invernal ha sido generoso.
A continuación, damos los portales de los principales centros argentinos y chilenos para que usted decida qué es lo que más le conviene.

Argentina
Las Leñas (Mendoza)
http://www.laslenas.com/

Penitentes (Mendoza)
http://www.penitentes.com/

Cerro Catedral (Río Negro)

Chapelco (Neuquén)

Cerro Bayo (Neuquén)
http://www.cerrobayoweb.com/

Caviahue (Neuquén)
http://www.caviahue.com/


La Hoya (Chubut)
http://www.skilahoya.com/


Cerro Castor (Tierra del Fuego)
http://www.cerrocastor.com/


Para información sobre otros centros de esquí en la Argentina, vea las páginas de turismo de las provincias de Mendoza (www.turismo.mendoza.gov.ar), Neuquén (www.neuquentur.gov.ar), Río Negro (www.rionegrotur.com.ar), Santa Cruz (http://www.santacruzpatagonia.gob.ar/) y Tierra del Fuego (http://www.tierradelfuego.org.ar/).

Chile

Portillo
http://www.skiportillo.com/
Valle Nevado

http://www.vallenevado.cl/
Chillán
Para información sobre otros centros de esquí en Chile, vea http://www.gochile.cl/

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¿Mateamos?

Una visita al Museo del Mate en Tigre es un primer paso ideal hacia un viaje a Misiones y Corrientes.

Bonnie Tucker / FST
Una de las primeras cosas que llaman la atención a los turistas recién llegados a Buenos Aires es el gran número de personas que sorben una infusión a través de un tubito de metal introducido en un pequeño recipiente lleno de hojas y tallos molidos que humedecen con agua caliente de un termo o pava. El consumo de esta infusión de las hojas de yerba mate a través de una bombilla con un filtro en el extremo metido en dicha mezcla dentro de una calabaza u otro tipo de envase (llamado mate) es una antigua tradición regional compartida por ciudadanos de la Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil.

Pero ni siquiera los consumidores habituales imaginan cuán intrincados son los ritos populares que se han construido en torno a esta práctica durante los últimos dos siglos, producto de injertos de diversas corrientes migratorias sobre un pie mestizo.
Para interiorizarse sobre las raíces de esta tradición en la Argentina, y disfrutar, de paso, de un acercamiento refrescante a la historia popular vernácula, tanto naturales como extranjeros deberían dar una vuelta por el nuevo Museo del Mate en Tigre, que presenta la evolución de las formas de preparar, servir y sorber esta infusión popular.

Si bien hoy día se tiende a decirle “mate” tanto a la infusión como al envase en que se la ceba (esto es, se la humedece con agua caliente), el museo se dedica al recipiente y al folklore asociado a él en la Argentina, el mayor productor mundial de la yerba mate.

Una visita a este museo es un primer paso ideal hacia un viaje a los esteros del Iberá en Corrientes, para luego concluir en Misiones, la provincia que, además de ser la mejor puerta de entrada a las Cataratas del Iguazú, es la productora y elaboradora líder de la yerba mate.
Inaugurado el 23 de febrero de 2009 en una elegante casona de los años 30 frente al río Tigre, el museo es la obra de Jorge Díaz, quien durante muchos años se desenvolvió como director de turismo de Baradero, una ciudad bonaerense sobre el río Paraná. La colección contiene más de 2.000 piezas adquiridas durante un período de 30 años por su creador, Francisco Scutellá, de Paraná, Entre Ríos. Scutellá, quien vendió la colección a Díaz, es el autor de cinco libros sobre la temática, que están entre los que se encuentran a la venta en la boutique del museo.
El primer grupo de objetos mostrado durante la visita guiada demuestra cómo las calabazas de distintos tipos le dieron al hombre algunas de sus primeras vajillas e instrumentos musicales. Luego aparece el primer termo (patentado en los Estados Unidos en 1907), y ejemplos de los mates con retratos de varios políticos argentinos, desde el caudillo entrerriano Justo José de Urquiza (1801-1870) hasta el ex presidente Carlos Menem. Sólo aquellos de los ex presidentes Juan Domingo Perón (1895-1974) –realizado en porcelana blanca– y Menem –hecho de calabaza– son ejemplos de merchandising político, ya que fueron obsequiados a seguidores; los otros fueron comprados por admiradores.
La variedad de mates y yerberas (envases con compartimentos para yerba y azúcar, con tapas) demuestra hasta qué punto el sorber mate es una de las pocas costumbres que entusiasma a todas las clases sociales.
Además de humildes calabazas y hasta una cáscara de naranja en que se hacía la infusión, el museo tiene un mate de plata colonial con una campanita para llamar a la servidumbre, y delicados modelos en porcelana y cristal mandados a hacer en Europa por expatriados residentes en la región del Río de la Plata.
Hay varias pequeñas yerberas realizadas en calabaza o madera tallada para uso en la mesa, y un enorme recipiente hecho en madera que se usó hace 150 años para amenizar largos viajes en carretones tirados por bueyes. Tiene compartimentos separados para mates, bombillas, yerba, y hierbas y otros elementos para saborizar.
Están las latas pintadas en que se vendía la yerba en los almacenes de ramos generales, y los envases de cartón o vidrio que las reemplazaron durante las dos guerras mundiales que absorbieron todo artículo metálico en aras del esfuerzo bélico.
La dama que representa la República Argentina aparece sentada en la base de un mate de porcelana hecho el 1910 (en Alemania) en ocasión del Centenario de la Nación. El Mate del Bicentenario puede verse ya en Internet.
Hay mates que reflejan modas, necesidades y sentidos del humor. El “mate higiénico”, un invento de inmigrantes alemanes que tenían un Mate Club sobre la Avenida de Mayo en Buenos Aires, consistía en una boquilla de doble filtro individual que cada socio le ponía a la bombilla cuando le llegaba el mate durante la rueda de amigos. El “mate de los enamorados” tenía una bombilla bifurcada que les permitía a los novios sorber la infusión simultáneamente, y juntitos.

El “mate de la suegra celosa” fue un pequeño recipiente con dos asas que le permitía a la dama pasarlo al (o a la) pretendiente sin tocarle la mano.

El visitante se entera de que los mates de boca chica impiden que la tierra entre a la infusión en zonas ventosas como la Patagonia, y los de boca ancha son para lugares con poco viento, como las provincias del noreste. Los mates de calabaza están retobados en cuero para volverlos térmicos, y para evitar su rotura.

Los modelos contemporáneos pueden venir con una cobertura de piel de ñandú, pollo o surubí, y hasta escroto de toro. Más comunes aún son los espantosos mates de pesuña de vaca, que aparecen en casi todas las vidrieras de las casas de artículos regionales para turistas en la Argentina y Uruguay.
Los mates nunca se lavan; sólo se enjuagan. Curar una calabaza para convertirlo en un buen mate es un proceso complicado pero muy necesario, que requiere de una buena dosis de paciencia.

La colección de bombillas revela que este esencial elemento puede fabricarse con un hueso de pájaro, un tubo de plástico, o –en el caso de los pobres soldados argentinos que pelearon durante la Guerra de las Malvinas– un cuerpo de birome vacío.

El visitante también se informa de que la yerba se ha usado en licores, gaseosas y perfumes.Un video del Instituto Nacional de la Yerba Mate instruye sobre cómo se cosecha y procesa la yerba, y los efectos benéficos del producto para la salud.

En épocas normales (libres de la psicosis de la gripe A), un gaucho viene de San Antonio de Areco los fines de semana para enseñar a grupos cómo cebar un mate. La demostración se realiza en la matera que ocupa parte del jardín trasero del museo. Los 700 mates de toda forma y tamaño que cuelgan del cielorraso crean el ambiente perfecto para la mateada que se produce luego, en torno al fogón.´

Para quienes sienten que compartir una bombilla es antihigiénico, existen los mates y bombillas de plástico descartables que el Establecimiento Las Marías (de Corrientes) comercializa en bolsitas selladas, junto a un termo de telgopor y un paquete de su yerba Taragüi. Similar decisión tomaron los sirios, que importan mucha yerba desde mediados del siglo XIX; allí cada uno lleva su propio mate, bombilla y paquete de yerba a reuniones en que se comparte, a lo sumo, el agua caliente.

La boutique del museo vende mates retobados en diversas pieles y cueros; cimarroneras (grandes calabazas cortadas y ensambladas con clavos de madera que contienen el mate y la yerba de gente amiga del “cimarrón”, o mate amargo, sin azúcar), libros sobre la yerba y sus tradiciones, y deliciosos budincitos de frutas en que el ingrediente líquido fue la infusión.

El museo está abierto en Lavalle 289 en Tigre desde las 11 hasta las 18 hs de miércoles a domingo. Para mayor información, llame al 4506-9594, o vea http://www.elmuseodelmate.com/.

Para más información sobre la historia de la yerba y cómo cebarla, vea el artículo Historias de la yerba. Para saber dónde alojarse y aprender más sobre la cultura de la yerba en Misiones y Corrientes, vea La Ruta de la Yerba Mate.

FOTO CRÉDITOS: Dos mates de calabaza, uno pintado y el otro retobado en cuero crudo (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Tres mates de asta (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Circuito Superior, Cataratas del Iguazú, Marcelo Imbellone. Mate de caña con yerbera de madera tallada (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Mate de porcelana circa 1910 (Museo del Mate), Bonnie Tucker. "Mate de los enamorados" (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Mates retobados en piel de pollo y cuero crudo (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Kit descartable "Mate Listo", Establecimiento Las Marías.