El Carnaval Andino argentino

Una antigua fiesta de la cosecha con diablo propio.

Bonnie Tucker / FST
En las provincias del noroeste argentino, y en Jujuy y Salta en particular, existe una festividad anual que es esperada con mayor impaciencia que otras. Para los pueblos andinos de la Puna y las quebradas y valles que todavía conservan tradiciones prehispánicas, comprenden aquella festividad los días y noches de carnaval que se dedican a la Pachamama, o Madre Tierra.
Durante más de una semana en febrero – desde el momento en que el muñeco que representa al diablo es retirado con gran jolgorio del pie del altar a la Pachamama el sábado de Carnaval, hasta su entierro en el mismo lugar el domingo de la semana siguiente – todo el mundo tiene permiso para hacer lo que le plazca, incluyendo irse con la pareja de otra persona. Esconderse tras una máscara, disfraz o costra de talco o harina ayuda a mantener la anonimidad. Algunos verán en esta tradición una incitación al pecado, y otros la tomarán como la libertad para ser uno mismo durante unos días. Cualquiera sea la opinión que uno tenga al respecto, la noción de disfrute que los pueblos andinos asocian con la fertilidad de la tierra es, desde hace mucho tiempo, uno de los mayores atractivos del Carnaval Andino en el noroeste de la Argentina y en ciertas regiones de otros países que fueron sometidos a la colonización española hace 500 años.
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A diferencia de las comparsas de bailarines bien entrenados que desfilan con carrozas impresionantes frente a muchedumbres en muchas ciudades argentinas, el Carnaval de las comunidades rurales y mineras del noroeste del país es una fiesta de la cosecha de carácter religioso en que baila gente común; no les interesa brindar un espectáculo. Ni siquiera ensayan. Bailan para divertirse y honrar a la Pachamama. Las comparsas no compiten por prestigio ni dinero; cada pueblo tiene dos o más de ellas, y cada una tiene su propio altar con su respectivo diablo.
Si bien algunas provincias están intentando atraer el turismo a estas festividades en una forma organizada, el Carnaval Andino es todavía esencialmente una fiesta de a la cosecha que agradece a la Madre Tierra un buen año agrícola y pide salud y felicidad en el futuro para todos. Por algunos días, la gente deja su vida gris y se junta para divertirse en el pueblo.
En Jujuy, los carnavales más importantes desde el punto de vista turístico se realizan en Humahuaca, seguido por Tilcara, Purmamarca y Uquía en la Quebrada de Humahuaca, y en Abra Pampa y La Quiaca en la Puna. En Salta, relativamente un recién llegado a la promoción de este tipo de carnaval en su territorio, los lugares donde ir son los pueblos mineros de San Antonio de los Cobres y Tolar Grande en la Puna.
En la localidad indígena de Amaicha del Valle en la vecina provincia de Tucumán, a poca distancia de la frontera con Salta, se celebra el carnaval dentro del marco de la Fiesta Nacional de la Pachamama que se realiza en febrero.

Los fortines
Durante los nueve días que dura el carnaval, varias familias establecen "fortines" en sus casas; es decir, proveen un lugar donde todo el mundo puede comer, beber y ser felices. Luego de un suntuoso almuerzo, siguen los festejos con bailes y más bebidas alcohólicas. En realidad, cada invitado al almuerzo trae un plato de comida para compartir con los demás. Pero no se cobra la entrada, y un turista puede sumarse a la fiesta en un fortín. No tiene más que preguntar en la calle por el fortín más cercano, y comunicar su deseo al dueño de casa.
Y prepárese para una recepción con talco y serpentinas, y mucha bebida. El único requisito es divertirse y manifestarlo. Al llegar, usted será recibido con una "vacuna", un coctel de bebidas alcohólicas dulces que protege contra malos sentimientos como la envidia y los celos. A continuación, se dará lectura al reglamento fortinero, que prohíbe las preocupaciones e impone la diversión. Si usted infringe alguna de las reglas, será sometido a un "fusilamiento"; se le servirá una copa de vino y tendrá que sentarse en un lugar a la vista de todos hasta que lo haya consumido.
… foto CARNAVAL comadres BLOG.jpg … La festividad se celebra en cuatro etapas: dos previas, el acto central y el acto final. Primero se realiza un Jueves de Compadres durante el cual los hombres se juntan para cantar o charlar sobre lo bueno y lo malo que les sucedió durante el año pasado. Este año se llevó a cabo el 4 de febrero. El Jueves de Comadres, que se hará el 11 de febrero, tiene mayor atractivo, tal vez porque las damas son más maliciosas que los caballeros, y tienden a decir lo que verdaderamente piensan de sus vecinos (y vecinas) en esta ocasión.

El Desentierro
Para todo el mundo el acto central es el del Desentierro, cuando el "diablo" es sacado de donde fue enterrado el año pasado, y comienza el antedicho jolgorio. Este año, la fecha mágica es el sábado 13 de febrero. El procedimiento es igual en todos lados. Cada comparsa camina desde su sede o punto de encuentro hasta una pila de piedras, (mojón, o altar), que por lo general se encuentra en las afueras del pueblo. Cada miembro del grupo lleva una piedra para depositar en la pila. La piedra es una ofrenda a la Pachamana. (Una piedra dejada en una de las muchas pilas similares (apachetas) al lado de los senderos utilizados por los reseros en los cerros es también un pedido que el viaje de uno pueda realizarse sin incidente.)
… foto CARNAVAL apacheta BLOG … Todos decoran el altar con muestras de sus productos agrícolas o varios otros elementos. Al pie del altar se cava en la tierra un hoyo en el que cada uno deposita un poco de alimento, bebida o tal vez un cigarrillo prendido para compartir con ella.
… foto CARNAVAL corpachada BLOG … Finalmente, el muñeco que representa al diablo es desenterrado. En seguida llegan lanzando aullidos varios jóvenes vestidos de diablos, y la gente se une y baila en torno al altar.
…. foto CARNAVAL público BLOG … Como varias personas juegan con aerosoles de espuma en lugar de talco o harina, algunas otras colocan coladores sobre la cara para protegerse.
… foto CARNAVAL colador BLOG … Esa noche, los de la comparsa van de casa en casa, donde cantan y bailan y les convidan bebidas.
Muchos llorarán lágrimas de verdad durante el acto final, cuando se entierra el muñeco diabólico el domingo 21 de febrero.
(Lo ideal es que el turista que desea acompañar, observar y/o participar de un desentierro o entierro pida permiso al jefe de la comparsa con anticipación.)

¿Quién es ese diablo?
Igual que muchas otras fiestas populares andinas, el carnaval es producto de un sincretismo religioso que transformó a antiguas deidades paganas en vírgenes o el diablo del cristianismo durante la época de la Colonia.
La fiesta de la cosecha en que se agradece a la Madre Tierra la multiplicación de los cultivos y los rebaños, que forma el núcleo del Carnaval Andino, se celebraba mucho antes de la llegada de los conquistadores, quienes esclavizaron a los pueblos originarios en las minas de la Puna y en las plantaciones de las zonas selváticas de la región.
Dada la cercanía del Noroeste argentino a las principales ciudades mineras de Bolivia y los constantes movimientos de trabajadores golondrinas por la frontera, el Carnaval Andino en la Argentina recibe cierta influencia de los personajes del carnaval celebrado en el país vecino, en particular la figura del diablo presentada por los bailarines de la Diablada del Carnaval de Oruro, famosos por sus impactantes máscaras y trajes.
Sin embargo, el carácter del Diablo en las fiestas del carnaval parecería mutar según la actividad dominante de las respectivas zonas.
El personaje del diablo boliviano desciende de Huari (o Wari), un dios andino que habita montañas y minas. Es el guardián de la riqueza mineral y su figura está asociada con los terremotos y volcanes. Es bueno con los humanos si lo propician y muy malo si no lo hacen. Luego de la Conquista Huari se convirtió en el "Tío" de la mina, el dueño de las vetas a quien hay que aplacar con alcohol, hojas de coca y cigarrillos en un lugar determinado del socavón. Según la tradición minera boliviana, los curas tienen prohibido entrar al lugar donde se encuentra el Tío.
Los personajes representados por los bailarines del Carnaval de Oruro son figuras del pasado prehispánico y colonial boliviano, y varios de ellos son villanos.
En Bolivia, Huari/el Tío es un personaje temible, pero en la Quebrada de Humahuaca, donde el clima es más amigable con la agricultura y la vida es más llevadera que en los pueblos mineros de la Puna, su resurrección anual en la forma de un muñeco que representa al diablo trae alegría, y su entierro, lágrimas.

FOTO CRÉDITOS: Las imágenes que ilustran esta nota fueron sacadas por la autora durante el carnaval celebrado en 2001 en Uquía, Jujuy.