Countries de viñas en la Argentina

Se largó la carrera en Mendoza.

Bonnie Tucker / FST
El vino está en boga y una casa de fin de semana o un estilo de vida centrado en la enología es lo que varios desarrolladores de nuevos clubes de campo con viñedos están ofreciendo en la provincia argentina de Mendoza, productora de la mayor parte de los vinos finos del país.
La moda de convertirse en propietario de una viña y vivir dentro de ella despuntó aquí en 2005, con las inauguraciones de Viñas del Golf en San Rafael en el sur de la provincia (ver foto abajo), y una sala de degustaciones en la capital provincial, emprendimiento de dos jóvenes nómades estadounidenses que terminó mutándose en The Vines of Mendoza, un pequeño country del vino cerca de Tunuyán en el valle de Uco.

Un viñedo empieza a tener factibilidad económica a partir de una superficie de por lo menos 25 hectáreas. Además, los costos de construir, equipar y manejar una bodega hacen que embotellar un vino de autor con etiqueta propia sea un sueño imposible para la mayoría de la gente, incluso quienes cuentan con holgados ingresos. Los countries del vino venden lotes de unas 2.5 hectáreas en promedio, pero gracias a las economías de escala que ofrecen con su manejo centralizado de los viñedos de los socios, y la vinificación de las cosechas en la bodega del club, las fantasías vitivinícolas de cada uno de los socios se hacen realidad.
En estos momentos, cuatro desarrolladores están en carrera para ver quien termina antes los distintos sectores de sus propiedades, que se encuentran en las zonas de Luján de Cuyo o el valle de Uco. Paralelamente, Viñas del Golf (que ahora se llama Algodón Wine Estates) se dedica a expandir su propiedad y agregarle rubros en San Rafael. Todos venden lotes con pequeños viñedos privados y la mayoría ofrecen también propiedades puramente residenciales. Sus respectivos proyectos incluyen la construcción de hoteles y restaurantes de alta gama. Todos menos uno ofrecen actividades adicionales a la enología, y las prioridades que asignan a cada una permite su clasificación en las categorías Golf y Vino; Vino y Polo; Vino, Golf y Polo; y Solo Vino.

Vino, golf y polo
De éstos, Tupungato Winelands, el desarrollo más reciente de Burco America, es el más pragmático de los cuatro de la región norte de la provincia: empezó a plantar vides en 2008 y los lotes con viñedos privados (llamados “fincas”) ya están en producción; el comprador o compradora selecciona el lote con el varietal que más le guste. Los otros desarrolladores permiten a los compradores decidir qué varietal quieren que se plante en su lote.
Este desarrollo inmobiliario es una reedición en Mendoza de la formula exitosa que Burco usó para construir el famoso Arelauquen Golf & Country Club en Bariloche, que ofrece a sus socios instalaciones para la práctica de dicho deporte y del polo, y cuenta con un hotel boutique de cinco estrellas donde se hospedan turistas que podrían convertirse en compradores de lotes. La nueva propiedad del desarrollador de origen belga, que dista 8 km de Tupungato en el valle de Uco, es para clientes que gustan del golf o del polo y también son amantes del buen vino. El desarrollo abarca 800 hectáreas, de las cuales 400 son aptas para el cultivo. Habrá 140 fincas de 2,5 a 4,5 hectáreas que cuentan con espacios de 3.000 m2 para residencias con parques; 150 lotes residenciales de 5.000 m2 cada uno, y un viñedo público. Hasta ahora, la compañía ha plantada nueve variedades de uvas. El famoso enólogo Michel Rolland aconsejará a los propietarios de las fincas que quieren unirse para crear vinos de autor. Podrán embotellar su producción con etiqueta propia en la bodega del club o venderla al granel a cualquier comprador, pero en todos los casos el club se encarga del mantenimiento de las viñas.

En marzo de 2010 la futura cancha de golf de 18 hoyos diseñada por Adam Golf Design tendrá sus primeros nueve hoyos, y se terminará de instalar la primera de las dos canchas de polo que tendrá el club. Falta todavía construir las primeras residencias y el hotel, pero varias fincas y lotes residenciales fueron adquiridos ya por personas que consideran que una propiedad en este club es una buena inversión.

Burco también fomenta una especial sensación de pertenencia al ofrecer a los propietarios de fincas y lotes en la propiedad mendocina, descuentos en sus lodges y actividades (entre otras, el heliski) en el sur del país y Chile.

Otras propuestas
Golf y Vino. Igual como suena su nombre original, Viñas del Golf en San Rafael es para fanáticos de dicho deporte a quienes les atrae la idea de jugar a ser viñateros. La mayor parte de la superficie con viñas y huertas fue plantada hace mucho; la cancha de golf de 9 hoyos fue instalada en medio de ellas por Ricardo Jurado, nieto de José Jurado, un notable del golf nacional. Hoy día se llama Algodón Wine Estates porque la empresa argentina originaria vendió el 75 por ciento de sus acciones a un pujante desarrollador norteamericano. La compra de tierras adicionales ha llevado la superficie del desarrollo a 830 hectáreas, y pronto se agregarán otros nueve hoyos a la cancha de golf. El club ya cuenta con una pequeña posada, pero proyecta construir otra, además de un hotel de lujo y una nueva bodega boutique. Trescientos lotes de entre 0,4 y 6 hectáreas de extensión se distribuirán en seis “aldeas” en ambientes distintos. El club está diversificando su oferta de actividades para incluir el polo y el tenis, y quiere convertirse en el escenario de importantes eventos deportivos.

Más Golf y Vino. Gary Player, el golfista sudafricano que también diseña canchas de golf, es el co-desarrollador de Amuray Winemakers and Golfers Valley, nombre que aparece en el portal de Player en una versión simplificada: Amuray Wine & Golf Club. Sus socios argentinos son el desarrollador Santiago Obarrio y el enólogo Eduardo Lávaque. La propiedad en Luján de Cuyo tiene una superficie de 4.000 hectáreas, de las cuales más de 1.000 están destinadas a viñedos, olivares y frutales. Las represas para riego formarán parte de una reserva natural de 1.300 hectáreas. Habrá una cancha de golf de 18 hoyos, un hotel boutique de seis estrellas con 60 habitaciones, lotes residenciales de 5.000 m2, y fincas con 2.5 hectáreas de viñas.
Vino y Polo. Luján de Cuyo también alberga Santa María de los Andes, Pueblo de Vinos, un desarrollo de 820 hectáreas de Fiducia Capital Group, que también está loteando Villa María y otras ex estancias en las cercanías de Buenos Aires. Hay 191 fincas con viñedos y 97 lotes residenciales. La superficie de los lotes arranca en una hectárea. Se comercializa el club como un lugar para “amantes del buen vino y el polo de alto hándicap” que desean poseer una casa de fin de semana o de vacaciones. Se rumorea que Sarah Ferguson ha comprado un lote allí.
Solo Vino. En el universo de The Vines of Mendoza en el valle de Uco, hay lugar solamente para actividades relacionadas con el vino. La propiedad ocupa una superficie de más de 200 hectáreas y el tamaño de los lotes oscila entre las 2,2 y 6,1 hectáreas. Se pretende que los socios elijan el varietal que desean ver en torno a sus futuras casas, y que vinifiquen en la bodega boutique del club, especialmente diseñada para la elaboración customizada de pequeñas partidas de vinos. Se estima que el inmueble estará listo para marzo de 2010. Los socios definirán la personalidad de sus vinos de autor con el asesoramiento del enólogo Santiago Achával. También se proyecta construir un resort de vinos con un spa y un hotel boutique de 15 habitaciones para turistas.

FOTO CRÉDITOS: Un golfista ensaya un putt corto en Viñas del Golf en 2006, Bonnie Tucker. Viñas y trabajos en el quinto hoyo de la futura cancha de golf de Tupungato Winelands en noviembre de 2009, cortesía de Burco América. Polo en Algodón Wine Estates, cortesía de Algodón Wine Estates.

La temporada de cruceros 2009/2010 en la Argentina

Buenos Aires tiene mejores expectativas que los puertos patagónicos.

Bonnie Tucker / FST
Para los cruceristas que optan por nuestras aguas del lejano sur, la Argentina puede ser el comienzo o el final de un crucero por las playas brasileñas por un lado, o de excursiones de aventura versión light por santuarios de la fauna patagónica, la Antártida, o los fiordos chilenos por otro. La gran divisoria entre los dos tipos de disfrute es la terminal de pasajeros Benito Quinquela Martín del Puerto de Buenos Aires, que espera 155 recaladas (o más de 300.000 pasajeros) durante la temporada 2009/2010, según la Administración de Puertos. Se trataría de 13 arribos más que el verano pasado, cuando los 260.000 cruceristas que pasaron por la terminal establecieron un nuevo récord de temporada, y la estación terminal se vio obligada a atender a hasta 14.000 pasajeros de siete barcos en un solo día. Hasta ahora, se han confirmado 143 arribos para la presente temporada. Hace poco, el gobierno argentino anunció su intención de incrementar la capacidad de atención de la terminal a 12.000 pasajeros por día para 2010/2011.
La terminal está a menos de un kilómetro del centro de Buenos Aires, pero es riesgoso caminar en la zona portuaria entre el barco y el centro; los pasajeros deben movilizarse en ómnibus de turistas o en taxis.
Con la excepción de unas pocas embarcaciones “de expedición” que se reposicionan entre el Árctico y la Antártida al inicio o al final de la temporada que va de octubre a abril, o de barcos de gran lujo que recalan en el puerto en el curso de viajes alrededor del mundo, las naves que hacen uso de los servicios del Puerto de Buenos Aires entre octubre y marzo son aquellas que van y vienen entre la capital argentina y los puertos brasileños (la mayoría), o entre ella y Chile.
Pareciera que los destinos de crucero del lejano sur de la Argentina han sufrido los efectos de la crisis económica internacional y los temores de una pandemia de influenza porcina más que Buenos Aires. Las expediciones a la Antártica y los largos itinerarios de la ruta Buenos Aires-Valparaíso son mucho más caros que los cortos viajes de placer por las playas brasileñas, y los pasajeros que los pueden pagar (o que se interesan por ellos) provienen por lo general de Europa y los Estados Unidos, donde la gente planifica sus viajes con un año de anticipación. Ojalá tengan mejor suerte en 2010/2011.

Hasta ahora, Ushuaia en Tierra del Fuego en el extremo sur de la Argentina está esperando 313 recaladas de 45 barcos de cruceros para la presente temporada. De estas 45 naves, 32 usarán la ciudad como base para cruceros a la Antártida, distante tan solo 1.000 kilómetros. Serán menos arribos que los 373 (100.400 pasajeros) de la temporada 2007/2008 y las 400 recaladas del año pasado, cuando se atendieron hasta 8,000 pasajeros en un solo día. El muelle – que se usa para pasajeros y carga – desemboca directamente en la Avenida Maipú y la mejor parte del centro de la ciudad.

Puerto Madryn, el puerto chubutense de la costa patagónica que se ubica entre Buenos Aires y Tierra del Fuego, espera 33 recaladas, o más de 60.000 turistas, durante la presente temporada. Pero estas cifras también marcan un retroceso sobre las del año pasado, que había superado en un 15 por ciento las de 2007/2008, cuando llegaron 66.300 pasajeros. Esta ciudad tiene dos muelles. El Muelle Luis Piedrabuena de pasajeros desemboca directamente en la Avenida Roca y la buena zona céntrica, donde se encuentra la oficina de turismo municipal que siempre es de gran ayuda al visitante. Sin embargo, el Muelle Almirante Storni de carga y pesca – adonde se envía a los cruceros que no tienen lugar en el muelle de pasajeros – no tiene para nada una ubicación cómoda; se encuentra a 6 km del centro.
La industria internacional de cruceros está en vías de reconvertirse casi en su totalidad a naves enormes que llevan a bordo poblaciones de más de 3.000 pasajeros y tripulantes. Un barco de tales dimensiones, cuya eslora y calado le niegan un amarre en un muelle de los de antes, está obligado a echar ancla en algún lugar más o menos cercano y enviar a sus pasajeros a tierra en los pequeños barcos de traslado que tiene para tal fin – un procedimiento que se convierte en cuello de botella cuando mucha gente quiere ir y volver. Las economías de escala ofrecidas por los grandes barcos hacen que sus cruceros tengan precios accesibles, pero muchos pasajeros terminan cambiando desembarcos por los lujos brindados por la vida a bordo (que, dicho sea de paso, les pueden resultar más costosos que excursiones y recuerdos comprados en tierra).

Cuando varias de dichas naves gigantes llegan a un puerto en simultáneo, sus tamaños y la suma de sus poblaciones pueden crear serios problemas logísticos para la administración portuaria, la industria turística local, y los pasajeros mismos, que son tantos que pueden llegar a pasar la mayor parte del tiempo asignado para el puerto en cuestión, esperando para desembarcar y reembarcar.
Algunas de las empresas líderes de cruceros también ofrecen barcos en el extremo opuesto del espectro – grandes yates y pequeñas naves de lujo para pocos pasajeros que pueden pagar precios astronómicos para atención personalizada a bordo y fácil acceso a puertos y lugares naturales impolutos.

Pros y contras de los puertos
Buenos Aires es el único puerto argentino con una terminal de pasajeros que puede llamarse así, y el único que está abocándose a la solución del problema de los barcos cada vez más grandes. Sin embargo, estos esfuerzos pueden tener su límite. La capacidad de amarre es de 585 metros, y la profundidad de calado al lado del muelle de unos 10 metros. El puerto no puede ser dragado a una profundidad mucho mayor porque su canal de acceso cruza el ancho estuario del Río de la Plata cargado de sedimentos que permanentemente deshacen el trabajo de las dragas. Si el puerto y su terminal estuvieran reubicados en un lugar más alejado del río, el tiempo necesario para los traslados a la ciudad de Buenos Aires harían menos atractivas las excursiones para muchos visitantes, si no directamente imposibles por falta de tiempo.

Puerto Madryn preside sobre un puerto profundo natural que no necesita dragado. Sus dos muelles – el Luis Piedrabuena de 400 metros de largo y el Almirante Storni de 1.500 metros – tienen una profundidad de calado de 11 metros. Le falta una terminal de pasajeros y la mayoría de los negocios cierran durante la tarde. Sin embargo, los pasajeros compran en la mesa de turismo del barco excursiones que les muestran la fauna local, un museo de paleontología o una estancia de ovejas, o les ilustra la historia de la colonización galesa en la región.
Ushuaia también posee un puerto profundo natural. Cuenta con una terminal multiuso y un muelle ancho con 1.163 metros de atraque y una profundidad de calado de 11 metros. Los pasajeros que tienen poco tiempo para este puerto generalmente compran una visita guiada del Museo Marítimo y del Presidio o una excursión al Parque Nacional Tierra del Fuego. Quienes disponen de un día en Ushuaia pueden ver a pie, mapa en mano, los cuatro museos muy interesantes con que cuenta la ciudad.

Los pasajeros que se dirigen hacia el sur tienden a entusiasmarse más con la fauna de Puerto Madryn que quienes llegan procedentes de Ushuaia en el sur, donde ya vieron pingüinos y lobos marinos. Sin embargo, los paisajes e historias de las dos ciudades son suficientemente diferentes para merecer desembarcos en ambas. Y Ushuaia no tiene ballenas o toninas para ofrecer.
No obstante sus considerables atractivos naturales e históricos, ambas ciudades deberían construir buenas terminales de pasajeros con baños, restaurantes y salas de espera, además de extender sus muelles hasta aguas más profundas para acomodar barcos de cruceros que se construyen cada vez más grandes. La construcción de una terminal para lo que en realidad es una corta temporada de cruceros podría justificarse económicamente si las instalaciones sirvieran como un centro cultural multipropósito durante los largos meses sin cruceros en el puerto.

FOTO CRÉDITOS: Puerto de Buenos Aires, Administración del Puerto de Buenos Aires. Puerto de Ushuaia, Ricardo Marengo. Muelle Piedrabuena pier, Puerto de Puerto Madryn, Bonnie Tucker. Interior de un barco de la línea Holland American, Holland America Line. Guanacos y ovejas en la Estancia San Guillermo cerca de Puerto Madryn, Bonnie Tucker. Museo del Presidio en Ushuaia, Bonnie Tucker.

Manjares dulces en Baires

Dése el gusto de rebelarse.

Bonnie Tucker / FST
¿Hartos de la cultura de la dieta perpetua con que nos han alimentado durante años los gurúes de la delgadez, los gimnasios y los fabricantes de los sustitutos alimenticios y aparatos de gimnasia para el hogar, que además son anunciantes en medios que publican kilos de artículos que ponen en el candelero a las modelos anoréxicas, promocionan las diversas formas de moldear el cuerpo, y machacan con lo malo que es ser gordos?
Por lo menos una o dos veces al año, muchos de nosotros tenemos ganas de patear el tablero sentándonos a saborear algo dulce, pero la repostería fina no forma parte de la tradición culinaria argentina enraizada en las proteínas o el dulce de leche para todo lo demás. Las más de las veces, los golosos tienen que contentarse con unas medialunas que acompañan el café con leche de la mañana, o un flan, una ensalada de fruta o un helado poco imaginativo al final de una pesada comida centrada en la pasta o el bife. Quienes quieren la cosa verdadera en repostería deben buscarse una confitería que sirve una infusión fina a elección con una selección de pequeñas porciones de tortas y tartas recién horneadas cuya única misión es deleitar al comensal con sus combinaciones de sabor, textura, colores y decoración.
Este tipo de repostería tiene su lugar de honor en el Lounge del Caesar Park Buenos Aires, renombrado por el refinamiento y la variedad de las tartas y tortas creadas por Beatriz Chómnalez (quien, dicho sea de paso, no está excedida de peso). Nacida en la Argentina, Beatriz es a la vez una chef ejecutiva especializada en cocina francesa y una chef repostera egresada de escuelas de cocina parisinas quien desde hace muchos años enseña su oficio en Buenos Aires. Cambia su menú repostero dos veces al año, inventando por lo menos 20 nuevos ítems cada vez para que los golosos vuelvan muchas veces al lounge bar del hotel.

Su equipo en el hotel se esmera con cremosas marquesas frías y coloridos mousses espumosos, así como una desestructurada torta Opera y tartas que llevan nombres de personajes históricos. Los comensales con ánimo rebelde también se alegran al saber que 14 de las creaciones de la lista de repostería del Lounge están en venta como tortas o tartas completas para llevarse a casa.

FOTO CRÉDITOS: Tarta de queso crema con gajos de pomelo. Dacquoise “Medicis.” Courtesy Caesar Park Buenos Aires.

Premios Bitácora 2009 a la industria turística

El veredicto del mercado emisivo.

Todos los años, El Mensajero Producciones, una editorial que informa a la industria turística argentina sobre las novedades del sector en el país y el exterior, entrega Premios Bitácora en reconocimiento al esfuerzo, creatividad y capacidad de trabajo de las empresas, entidades e instituciones que impulsan esta creciente actividad económica. Más de 400 agencias de viajes y funcionarios votan on line sus elegidos en 23 categorías a partir de ternas preparadas por la editorial. La mayoría de los ganadores de estos premios se especializan, igual que gran parte de las agencias mayoristas y minoristas del país, en el mercado emisivo.
Este mes, más de 60 empresas e instituciones recibieron sus respectivos premios de Oro, Plata o Bronce ante sus pares en el marco de una gran cena show en el Pabellón Frers en el predio de la Rural. En esta cuarta edición del evento, la operadora mayorista Juliá Tours ganó el Bitácora de Platino, además de premios de Oro para su Página Web y para vender Mexico, Caribe, y US & Canada. LAN Argentina ganó el Bitácora de Oro entre las líneas aéreas nacionales (ver foto), premio que también recibió en el rubro Líneas Aéreas Internacionales. Salta se consagró como el destino turístico mejor promocionado del país, mientras que México fue el destino turístico extranjero que mejor promoción tuvo. El premio al mejor hotel nacional fue para el Alvear Palace, y el Sheraton se adjudicó el oro en la categoría internacional.

Foto Crédito: A bordo de un jet de LAN rumbo a Puerto Iguazú. Cortesía de Ricardo Marengo.

Confort en el desierto

Domos geodésicos de lujo en un bosque patagónico.

Bonnie Tucker / FST
El aeropuerto de El Calafate está a dos horas de viaje, y posiblemente Usted tenga que bajarse del vehículo varias veces a abrir y cerrar tranqueras para llegar a su hogar de los próximos días, porque éste se encuentra en medio de un bosque de ñires de la estancia más alejada de este rincón ya de por sí solitario de la provincia argentina de Santa Cruz.
Cuando finalmente baja de la camioneta, es probable que su arribo haga levantar vuelo a una bandada de martinetas que iba caminando entre los arbustos. Sin duda se encontrará con muchas otras aves cuando desciende hasta la orilla del lago para mirar el glaciar Perito Moreno a lo lejos.

De vuelta en el campamento, verá que su cama en el domo geodésico montado sobre una plataforma de madera está correctamente tendida, con un acolchado, dos mantas pólar y sábanas blancas sobre un grueso colchón. Hay ocho domos en el bosque.

Durante la cena en el gran domo multipropósito que sirve como living comedor para todos los huéspedes, charlará con primermundistas amantes de la naturaleza mientras ustedes degustan vinos finos y selectos cortes de carne bovina u ovina acompañados de guarniciones de vegetales. Son gente que se entusiasma por los lugares vírgenes, pero también aprecia el confort.

Hay agua caliente para una ducha en la casa de baños de madera con sectores para damas y caballeros.

La mañana siguiente, al despertarse, observará a través de la ventana de PVC transparente de su domo, las ramas festoneadas de líquenes del bosque a su alrededor, y decidirá si quiere pasar el día caminando, avistando aves, haciendo ciclismo o escuchando las descripciones de la flora y fauna local que hace el guía. Más de un habitante de ciudad estresado pasa las primeras 24 horas durmiendo o leyendo un libro, con intervalos dedicados a comer. El desayuno se sirve en el domo grande, pero se lo pueden llevar a su domo.

Hasta ahora, la franja etaria de la gente que se alista para este tipo de experiencia ha oscilado, desde su inicio en 2007 (cuando yo visité el lugar), entre los 24 y 80 años. De ellos, el 90 por ciento son extranjeros de países como Inglaterra, Holanda y los Estados Unidos.
Adventure Domes, el eco-emprendimiento de dos amantes locales de la naturaleza, ofrece paquetes “todo incluido” de tres días (dos noches) que comprenden además traslados hacia y desde el glaciar en frente, y pueden prolongarse si el cliente así desea. Mínimo: dos personas. Costo: Aproximadamente US$250 por persona por noche. Informes y reservas: reservas@adventure-domes.com y 5199-0401 en Buenos Aires.

FOTO CRÉDITOS: Todas las imágenes cortesía de Adventure Domes.

Festival Nacional del Sulky

Simoca rinde homenaje a este tradicional vehículo de dos ruedas.

Bonnie Tucker / FST
En las grandes urbes, quien no es un apasionado de las carreras de trote o un asiduo participante de atadas de carruajes antiguos, tiende a pensar que los vehículos de tracción a sangre son símbolos del subdesarrollo. No es un pensamiento compartido por la gente de Simoca, un bastión de la música folklórica y las tradiciones rurales en el sudeste de la provincia de Tucumán. En este pueblo de 8.000 habitantes, la versión argentina del sulky – un pequeño carruaje liviano de dos ruedas, con un asiento para dos personas y tirado por un solo caballo – tiene un monumento. La fabricación artesanal de estos vehículos se considera un arte, y su uso como medio de transporte es una afirmación de la cultural local. Los sábados, cuando se realiza la pintoresca Feria de Simoca, muchos sulkys recorren las calles de esta localidad, que se encuentra a tan sólo 50 km de la capital provincial.
En la Argentina hay todavía dos tipos de sulkys; el vehículo diminuto que se usa en carreras, y aquel que la gente común del interior utiliza como medio de transporte. Este último es el que se fabrica en Simoca.
Por tradición, el “sulky” tiene asiento para un solo conductor – su nombre inglés es un adjetivo que se refiere al hecho que es un vehículo para una persona “malhumorada” que prefiere estar sola. En los países de tradición anglosajona, la gente se fascina con todo tipo de carreras de animales (caballos, camellos, perros y avestruces, entre otros) desde hace dos siglos por lo menos. Entre ellas, las carreras protagonizadas por caballos de trote cuyos conductores ocupan sulkys minísculos y livianos, con un solo asiento.

Hasta mediados del siglo XX, los médicos rurales argentinos usaban la versión de trabajo de este vehículo de tracción a sangre para visitar pacientes que vivían por caminos de tierra. Y hoy día, muchos chacareros y otras personas pobres que viven sobre caminos que siguen sin pavimentar, todavía usan sulkys para llevar a sus chicos a la escuela e ir al pueblo para hacer compras y otras diligencias. En consecuencia, el asiento de un sulky acomoda a más de una persona.
Los sulkys de Simoca están hechos íntegramente de madera, con ruedas de madera o metal, y están pintados de colores vivos. Hacen las delicias de los turistas, que pueden comprarse un paseo en uno los fines de semana, y durante el Festival Nacional del Sulky, que este año se realiza el 12 de diciembre.

A las 20 h, cientos de sulkys y algunos carros y carretas desfilarán por las calles del pueblo. Algunos de ellos llevarán como pasajeras a las chicas que competirán por el titular de Reina del Festival. El recital de música folklórica comenzará a las 22 h.
Información: http://www.simocaesturismo.com.ar/

PHOTO CRÉDITOS: Detalle del respaldo de un sulky hecho en Simoca, www.turismoentucuman.com.ar. Sulkys de carrera de los siglos XIX y XXI, según el artista norteamericano Nicholas Winfield Scott Leighton (1849-1898), y Google images, respectivamente. Sulky estacionado en una zona residencial de Simoca. www.turismoentucuman.com.ar.

Un encuentro de Fin de año

La historia detrás de la ceremonia riojana del Niño Alcalde.

Bonnie Tucker / FST
A mediodía del último día del año, el momento decisivo en la historia de la ciudad de La Rioja es conmemorado por el Intendente y dos imágenes religiosas durante una ceremonia que se celebra en la esquina de la plaza principal frente a la Catedral y la Casa de Gobierno provincial. La imagen de San Nicolás de Bari, el patrono de la ciudad, es sacada de la Catedral y llevada a la esquina por los miembros de la cofradía de los Alféreces, que representa a los españoles de la época colonial. La imagen del Niño Alcalde es transportada desde la Iglesia de San Francisco de Asís hasta la plaza por los integrantes de la cofradía de los Aillis, que ejerce la representación de los diaguitas.
La imagen de San Nicolás – y todos los dignatarios y vecinos reunidos en la plaza – se arrodillan tres veces frente al Niño Alcalde. Acto seguido, el Intendente efectúa una entrega simbólica de las llaves de la ciudad al Niño Alcalde, cuya imagen es llevada dentro de la Catedral junto a la de San Nicolás. Tres días después, el 3 de enero, se realiza una ceremonia mucho más sencilla, en la que la imagen del Niño Alcalde se despide de San Nicolás y es llevada de vuelta a la Iglesia de San Francisco de Asís.
La ceremonia del 31 de diciembre, denominada “Tinkunaco” – que significa “encuentro” o “fusión” en voz quechua – conmemora un pacto de no-agresión que los indios y los colonos españoles sellaron en 1593, cuando miles de indígenas, que estaban hartos de la esclavitud a la que los españoles los obligaban, habían marchado sobre la ciudad para exigir la remoción del alcalde. Los españoles eran pocos, pero tenían armas de fuego y cañones. Sin embargo, los indígenas eran muchos y amenazaban con embalsar un río en las montañas para dejar la ciudad sin agua. Los españoles pidieron la mediación del padre Solano, quien ya era famoso en la región por la forma en que cautivaba a los indígenas cantando bellas canciones y tocando el violín.

El cura les dijo a los indígenas que Cristo había sido una buena persona como ellos, y a los españoles los retó por su comportamiento poco cristiano. Los indígenas terminaron aceptando bautizarse a cambio del “reemplazo” del alcalde español por una imagen del Niño Jesús. En 1624, los jesuitas inventaron la Fiesta del Tinkunaco para conmemorar e institucionalizar el acuerdo arreglado por el padre Solano. El cura ingenioso, el primer santo del Nuevo Mundo, fue canonizado en 1726.
Excursiones imperdibles a lugares no muy lejos de la ciudad de La Rioja: Quebrada de los Cóndores, un cañadón donde cóndores curiosos se acercan a los visitantes;
y el Parque Nacional Talampaya en La Rioja (foto abajo), junto con el Parque Provincial Ischigualasto (Valle de la Luna) en San Juan, ambos famosos por sus geoformas erosionadas.

http://www.turismolarioja.gov.ar/

FOTO CRÉDITOS: Antigua imagen del Niño Alcalde, y traje de ailli, ambos en exposición en el Museo Folklórico de La Rioja, Bonnie Tucker. Quebrada de los Cóndores, cortesía de Sandra Bonetto. Parque Nacional Talampaya, cortesía de Sandra Bonetto.

Puerto Madryn espera a grandes cruceros en diciembre

La mayoría recorren la ruta bioceánica, que incluye las Malvinas.

Bonnie Tucker / FST
Puerto Madryn es el tercer puerto argentino en importancia para los cruceros de placer, después de Buenos Aires y Ushuaia. Las naves pequeñas que ya recalaron allí durante la presente temporada, y los barcos grandes que están por hacerlo, son ejemplos de los tipos de tráfico de pasajeros que pasa por la región en esta época del año.

Con menos recaladas confirmadas para la temporada 2009/2010 que las que se produjeron el año pasado, pero con esperanzas de recibir a más pasajeros dado el tamaño de los grandes barcos que atracarán en el muelle Luis Piedrabuena, Madryn espera la llegada del Norwegian Sun el 3 de diciembre. Una de las naves de mayor extensión que recalarán allí este verano, tiene 260 metros de eslora y cuenta con 13 pisos con capacidad para más de 2.000 pasajeros y 968 tripulantes. Se dirige hacia Buenos Aires desde Valparaíso en un viaje que incluyó entradas en Puerto Montt, Punta Arenas, Ushuaia y las islas Malvinas. Es éste el primero de diez cruceros por la ruta bioceánica Buenos Aires-Valparaíso que tiene programados para la presente temporada.

Otro gigante, el Celebrity Infinity, con 294 metros de eslora y una capacidad máxima para 1.950 pasajeros y 997 tripulantes, recalará seis veces en Puerto Madryn durante sus recorridos por la misma ruta.
Durante la presente temporada, Puerto Madryn espera 33 recaladas que traerían a más de 60.000 pasajeros.

Diferentes enfoques de la Antártida
Comenzó oficialmente la temporada de cruceros para Puerto Madryn los primeros días de noviembre, con el arribo de los buques rusos de expedición Professor Multanovskiy y Professor Molchanov, ambos con capacidad para 50 pasajeros. Llegaron provenientes del polo Árctico en sus respectivos viajes de reposicionamiento estacional, cargaron pasajeros, y se dirigieron a la Antártida.
Muchos de los viajeros que compraron pasajes para dichas excursiones llegaron tres o cuatro días antes de las respectivas partidas para poder recorrer la zona de Puerto Madryn con tiempo. Es una buena época del año para venir porque todavía hay ballenas en el Golfo Nuevo.
Hasta enero, el Professor Multanovskiy tendrá su base en la isla Rey Jorge, donde embarcarán para cortos cruceros a la Península antártica y las islas subantárticas, pasajeros que llegan desde y vuelven a Punta Arenas en avión. Más tarde en la temporada, la nave ofrecerá excursiones antárcticas más convencionales desde Ushuaia.

Entre los barcos de crucero ultra lujosos que anclarán en el muelle de pasajeros de Puerto Madryn en diciembre se pueden mencionar el Corinthian II, un mega yate completamente de suites para 114 huéspedes y 70 tripulantes, que navega en aguas antárticas; así como el Silver Cloud (completamente de suites para 296 huéspedes y 210 tripulantes) y el Crystal Symphony (1,010 pasajeros, 545 tripulantes, con cabinas y suites), que recorren la ruta Buenos Aires-Valparaíso.

Un gran velero multi-propósito
Un visitante aún más pintoresco atracó en el muelle de Puerto Madryn a principios de noviembre: el Stad Amsterdam, una réplica de una embarcación de la clase clipper de los veleros del siglo XIX, que es propiedad de la Municipalidad de Amsterdam y la empresa de recursos humanos Randstad. El portal de esta gran nave veloz de tres mástiles informa que cuenta con 14 cabinas de lujo, y especifica que puede ser contratada en forma privada para “eventos empresariales, cruceros de lujo y excursiones de aventura en velero.”

El Stad Amsterdam está realizando un viaje alrededor del mundo que sigue la ruta recorrida en el siglo XIX por el naturalista inglés Charles Darwin, padre de la teoría de la evolución de las especies. El científico participó del segundo viaje del HMS Beagle, que se inició en el Puerto inglés de Plymouth el 27 de diciembre de 1831 y duró cinco años. El velero holandés partió del mismo puerto el 1º de septiembre de 2009, casi 178 años después del Beagle. El viaje llevará ocho meses. Viajan a bordo la bióloga Sarah Darwin, tataranieta del hombre cuyos descubrimientos en Sudamérica inspiraron la teoría de la evolución humana del célebre libro El origen de las especies, publicado en Inglaterra en 1859. La acompañan su marido y dos hijos, un equipo de filmación, y un grupo de parientes y notables que preparan un documental titulado Beagle: el futuro de las especies para las cadenas de televisión VPRO de Holanda y Canvas de Bélgica.
El viaje del Stad Amsterdam puede seguirse a través del diario del capitán (en inglés) en http://www.stadamsterdam.com/, y también en http://www.onthefutureofspecies.nl/. Este último está escrito en holandés, pero tiene opciones en inglés, español y portugués. El 28 de noviembre, el grupo estaba mirando el cráter del volcán Chaitén, todavía activo en Chile, y recordando que cuando Darwin pasó por la costa chilena, vio tres volcanes que estaban en erupción en simultáneo.


Pero esta misión documentalista no impidió que el bello velero cumpliera con su rol multipropósito durante su recalada en Puerto Madero en Buenos Aires del 26 al 29 de octubre, cuando fue escenario de un festejo del 20º aniversario de la filial argentina de Randstad, y luego fue abierto al público.

FOTO CREDITOS: El muelle Luis Piedrabuena en Puerto Madryn, Alberto Patrian para la Secretaría de Turismo de Puerto Madryn. El Norwegian Sun, Norwegian Cruise Line. El Professor Molchanov en la Antártida. El Stad Amsterdam en alta mar, courtesy of Randstad. El Stad Amsterdam en Puerto Madero en Buenos Aires, Jeroen Bartos /
www.stadamsterdam.com.

Bariloche, vacación soñada del botánico

Flores sorprendentes esperan a los senderistas en una variedad de ecosistemas.

La presencia de muchísimas delicadas flores de alta montaña entre las ásperas piedras volcánicas en el norte de la Patagonia argentina es uno de los milagros de la naturaleza que fascinan a los senderistas en esta época del año. Hace tan solo unos meses atrás, las plantas que sostienen estas maravillosas flores estaban sepultadas bajo metros de nieve.

A elevaciones menores sobre las mismas montañas, hermosos amancayes amarillos se encuentran diseminados por el suelo del bosque.

Los notros amantes del sol bordean lagos y claros, mientras arbustos que ostentan flores amarillas y rosadas embellecen la estepa.

Entretanto, los valles andinos esconden bosques húmedos pletóricos de chilcos y orquídeas salvajes.

En el norte de la Patagonia argentina, la árida estepa, el bosque húmedo y los lugares de alta montaña están a poca distancia unos de otros, y durante la primavera y el verano las flores que los representan esperan a los senderistas que tienen unos días libres para explorar los alrededores.

Diversidad, una agencia de viajes comandada por Clemente Arko, un andinista nativo, ofrece una gran variedad de excursiones de trekking en esta zona, entre ellas paseos especializados para aficionados a la botánica. Junto a las fotos de la viola, los amancayes y la pequeña orquídea que aparecen arriba, nos ha enviado las siguientes imágenes de flores de altura para compartir con usted.

Ver es creer.
Uno de los picos del valle de Challhuaco que alberga estas plantas en flor figura en su programa de cuatro días que también incluye caminatas por otros ambientes: la zona del Cerro Tronador que ofrece nalcas con hojas del tamaño de un parasol, notros, chilcos, y el ventisquero negro; el bosque húmedo de la zona de la Península de Llao Llao, y la estepa con cuevas, arte rupestre y muchas aves.
Información: http://www.diversidadpatagonia.com/.

FOTO CRÉDITOS: Un ejemplo de mimetismo floral, Diversidad. Amancayes en el bosque, y flor de amancay, Diversidad. Notro y neneo en flor, Bonnie Tucker. Chilcos, Bonnie Tucker. Chloraea alpina, una orquídea silvestre, Diversidad. Cumbre del cerro Challhuaco, Diversidad. Flores de Oxalis (culle rosado), Rhodophiala (añañuca de los volcanes), Ranunculus y Viola (hierba del corazón), Diversidad.

Hernán Uriburu

Homenaje al decano de los prestadores de cabalgatas de la Argentina.

Hernán Uriburu, el primer prestador de cabalgatas de la Argentina, cuya manera de vincularse con la gente, los caballos y su querida provincia de Salta lanzó el turismo vivencial en el país, no está más con nosotros. Uno de los salteños más queridos por sus comprovincianos, él creía que una travesía montada debe brindar al jinete una experiencia cultural además de paisajes impresionantes. Su deceso ha causado profundo pesar entre quienes tuvieron la fortuna de participar de una de las cabalgatas de varios días de duración que él conducía por los cerros a lo largo de más de tres décadas, porque aquellas expediciones incluían contactos con lugareños, y con su propia filosofía de vida.
Para Hernán, contemplar desde el lomo de un caballo cómo va cambiando el paisaje a medida que el animal sube y baja cuestas de montaña era la mejor forma de “rumiarlo” (asimilarlo), y distenderse lo suficiente para disfrutar de una vida rústica durante unos días. Inevitablemente, los conceptos que los jinetes tenían del tiempo – y las prioridades en la vida – iban mutando en el curso de una de sus cabalgatas.

La primera regla de juego era implacable: todas tus pertenencias esenciales tenían que caber en las alforjas que llevabas detrás de la montura. Había lugar para sólo unos pocos artículos de higiene personal (jabón, toalla, cepillo de dientes, peine, papel higiénico), y prendas para soportar el calor, el frío, o la lluvia, que podían presentarse durante una sola jornada en algunas épocas del año. En el cerro, nada debe darse por descontado.
A medida que pasaban las horas y los días, aprendías el valor de la paciencia, la prudencia, la cautela, el silencio, las cosas simples de la vida, y el respeto al prójimo. Los jinetes no tenían motivo de temer, y tampoco de avergonzarse de pedir ayuda cuando la necesitaban. Y pronto comprendieron por qué era aconsejable comer liviano para evitar el mal de alturas durante la aclimatación en lugares que presentan el problema, y usar la misma ropa exterior durante toda la travesía.

Hernán residía en la ciudad de Salta y llevaba a sus clientes por tres circuitos distintos en zonas semiáridas y cerreñas en la provincia. En cada circuito usaba caballos de un proveedor local (por lo general, un estanciero), quien acompañaba al grupo y cuidó a sus animales. Él decía que los caballos de cada lugar conocen el terreno, y cuáles con las plantas venenosas que no deben comer.
Hernán cuidaba a los jinetes. Su cabalgadura preferida era una pequeña mula que, además de tener un andar muy seguro, estaba lo suficientemente cerca del suelo para permitirle desmontar y montar de nuevo con facilidad varias veces por día para resolver cualquier problema que se presentase, desde una cincha floja hasta un sombrero llevado por el viento. Él se encargaba de la cocina si los jinetes eran pocos. Si el grupo era numeroso, llevaba una cocinera.
Sus clientes incluían a muchos empresarios, analistas de sistemas y diplomáticos estresados, y también algunos periodistas. Durante las primeros dos décadas, casi todos eran extranjeros. En los últimos tiempos, varios argentinos también integraban los grupos.
En 1995, me anoté en una de sus clásicas travesías de cuatro días por los cerros detrás de la localidad de Guachipas, a mitad de camino entre la capital provincial y Cafayate. Recuerdo en particular el momento en que enfoqué mi cámara sobre una perfecta figura de suri en un impresionante sitio de arte rupestre; mis charlas con una familia de pastores de cabras, y nuestra empinada subida hasta la cima de un alto cerro donde observamos cóndores que volaban debajo nuestro.

Vivimos cuatros días sin electricidad. La primera noche cenamos y dormimos debajo de una lámpara a pilas en la galería de una rudimentaria casa de campo. Durante las dos siguientes noches dormimos en carpas, o al sereno. Una lámpara de querosén alumbró la mesa familiar en que devoramos pasta con tuco la segunda noche, y la noche siguiente la comida fue preparada a la luz de una linterna y consumida en torno a una fogata, ya que el anfitrión – un curandero – no tenía artefacto de iluminación. Más temprano ese tercer día, cuando tomábamos el té en la cocina del curandero, aprendimos que al sentarse sobre un banquito bajo uno evita el humo, que se eleva y sale por la puerta.

Para Hernán, vivir este tipo de experiencia era hacer “turismo alternativo” .. es decir, “hacer algo diferente de lo que propone una sociedad de consumo”.
Insistía que la gente de los cerros no era pobre. “Pagan derechos de pastoreo, tienen sus propios animales, pero no tienen un jefe. Subsisten sin dinero, pero tienen mucho. Tienen libertad porque viven allí porque les gusta, no porque les es impuesto. Si no fuera así, los cerros estarían deshabitados”.
Luego de una cabalgata por los cerros de Hernán, sus clientes volvieron a la civilización y a sus respectivas vidas diarias. Pero para más de uno de ellos, algo había cambiado.
Bonnie Tucker


PD: Marcos, el hijo de Hernán que acompañó a su padre en muchas de sus travesías con turistas, seguirá organizando cabalgatas en los cerros salteños. Información: (0387) 401-1200 o hru@arnet.com.ar.

FOTO CRÉDITOS: Hernán Uriburu. Bonnie Tucker. Jinetes en los cerros de Guachipas. Bonnie Tucker. Hernán con un baqueano. Cortesía Lihué Expediciones. Milenaria pintura rupestre de un suri. Bonnie Tucker. Un pastor de cabras ordeña una de sus animals. Bonnie Tucker. La autora con sus anfitriones locales. Cortesía Lihué Expediciones. Hernán Uriburu con jinetes en la cocina de anfitriones locales. Cortesía Lihué Expediciones.