Bonnie Tucker / FST
Una de las primeras cosas que llaman la atención a los turistas recién llegados a Buenos Aires es el gran número de personas que sorben una infusión a través de un tubito de metal introducido en un pequeño recipiente lleno de hojas y tallos molidos que humedecen con agua caliente de un termo o pava. El consumo de esta infusión de las hojas de yerba mate a través de una bombilla con un filtro en el extremo metido en dicha mezcla dentro de una calabaza u otro tipo de envase (llamado mate) es una antigua tradición regional compartida por ciudadanos de la Argentina, Chile, Uruguay, Paraguay y Brasil.


Inaugurado el 23 de febrero de 2009 en una elegante casona de los años 30 frente al río Tigre, el museo es la obra de Jorge Díaz, quien durante muchos años se desenvolvió como director de turismo de Baradero, una ciudad bonaerense sobre el río Paraná. La colección contiene más de 2.000 piezas adquiridas durante un período de 30 años por su creador, Francisco Scutellá, de Paraná, Entre Ríos. Scutellá, quien vendió la colección a Díaz, es el autor de cinco libros sobre la temática, que están entre los que se encuentran a la venta en la boutique del museo.



El visitante se entera de que los mates de boca chica impiden que la tierra entre a la infusión en zonas ventosas como la Patagonia, y los de boca ancha son para lugares con poco viento, como las provincias del noreste. Los mates de calabaza están retobados en cuero para volverlos térmicos, y para evitar su rotura.
Los modelos contemporáneos pueden venir con una cobertura de piel de ñandú, pollo o surubí, y hasta escroto de toro. Más comunes aún son los espantosos mates de pesuña de vaca, que aparecen en casi todas las vidrieras de las casas de artículos regionales para turistas en la Argentina y Uruguay.
Los mates nunca se lavan; sólo se enjuagan. Curar una calabaza para convertirlo en un buen mate es un proceso complicado pero muy necesario, que requiere de una buena dosis de paciencia.
La colección de bombillas revela que este esencial elemento puede fabricarse con un hueso de pájaro, un tubo de plástico, o –en el caso de los pobres soldados argentinos que pelearon durante la Guerra de las Malvinas– un cuerpo de birome vacío.
El visitante también se informa de que la yerba se ha usado en licores, gaseosas y perfumes.Un video del Instituto Nacional de la Yerba Mate instruye sobre cómo se cosecha y procesa la yerba, y los efectos benéficos del producto para la salud.
En épocas normales (libres de la psicosis de la gripe A), un gaucho viene de San Antonio de Areco los fines de semana para enseñar a grupos cómo cebar un mate. La demostración se realiza en la matera que ocupa parte del jardín trasero del museo. Los 700 mates de toda forma y tamaño que cuelgan del cielorraso crean el ambiente perfecto para la mateada que se produce luego, en torno al fogón.´
Para quienes sienten que compartir una bombilla es antihigiénico, existen los mates y bombillas de plástico descartables que el Establecimiento Las Marías (de Corrientes) comercializa en bolsitas selladas, junto a un termo de telgopor y un paquete de su yerba Taragüi. Similar decisión tomaron los sirios, que importan mucha yerba desde mediados del siglo XIX; allí cada uno lleva su propio mate, bombilla y paquete de yerba a reuniones en que se comparte, a lo sumo, el agua caliente.
La boutique del museo vende mates retobados en diversas pieles y cueros; cimarroneras (grandes calabazas cortadas y ensambladas con clavos de madera que contienen el mate y la yerba de gente amiga del “cimarrón”, o mate amargo, sin azúcar), libros sobre la yerba y sus tradiciones, y deliciosos budincitos de frutas en que el ingrediente líquido fue la infusión.
El museo está abierto en Lavalle 289 en Tigre desde las 11 hasta las 18 hs de miércoles a domingo. Para mayor información, llame al 4506-9594, o vea http://www.elmuseodelmate.com/.
Para más información sobre la historia de la yerba y cómo cebarla, vea el artículo Historias de la yerba. Para saber dónde alojarse y aprender más sobre la cultura de la yerba en Misiones y Corrientes, vea La Ruta de la Yerba Mate.
FOTO CRÉDITOS: Dos mates de calabaza, uno pintado y el otro retobado en cuero crudo (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Tres mates de asta (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Circuito Superior, Cataratas del Iguazú, Marcelo Imbellone. Mate de caña con yerbera de madera tallada (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Mate de porcelana circa 1910 (Museo del Mate), Bonnie Tucker. "Mate de los enamorados" (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Mates retobados en piel de pollo y cuero crudo (Museo del Mate), Bonnie Tucker. Kit descartable "Mate Listo", Establecimiento Las Marías.