Donde disfrutar la nieve de septiembre

Tres cerros en las afueras de Bariloche ofrecen raquetas además de esquíes.

Bonnie Tucker / FST
Bariloche es la ciudad argentina que más experiencia tiene en el desarrollo de los deportes invernales (80 años) y la que mayor oferta hotelera brinda en la Patagonia al este de la cordillera (más de 25.000 camas). Sus alrededores albergan una gran variedad de ámbitos nevados donde divertirse, entre ellos filos con vistas al lago o las montañas, y bosques sacados de un cuento de hadas. Es la combinación perfecta tanto para expertos esquiadores como para familias que sólo pretenden disfrutar la nieve sin esquíes.
Además del famoso centro de esquí en el cerro Catedral, que se encuentra a 20 km, esta ciudad rionegrina de más de 100.000 habitantes tiene centros recreativos en tres montañas que también ofrecen otras actividades en la nieve, en particular caminatas sobre raquetas. Todas ellas están dentro del Parque Nacional Nahuel Huapi, pero tienen distintos concesionarios y varían en cuanto a paisajes, accesos y públicos.

Cerro López (2.075 m)
El cerro López, que se halla a 30 km al noroeste de Bariloche, es el lugar para disfrutar de estupendas vistas del lago Nahuel Huapi que hasta ahora están libres de desarrollos inmobiliarios. Roca Negra, un pequeño restaurant gourmet a 1.230 metros, brinda a los turistas y grupos empresariales una de esas vistas, además de almuerzos, tés y cenas show todo el año, cuando el tiempo lo permite.

En invierno los turistas participan de caminatas guiadas con o sin raquetas (según las condiciones de nieve), y también pueden hacer esquí de fondo si dominan la práctica de dicho deporte.
Las vistas desde el Refugio López 440 metros más arriba en la montaña son aún mejores, pero permanece cerrado durante los meses invernales. En verano provee alojamiento y comidas a senderistas que llegan para contemplar, desde la cima de la montaña, los cerros grandes de los alrededores y los volcanes chilenos a distancia.

Cerro Challhuaco (2.040 m)
Este cerro y su valle están hechos para los amantes de los bosques. El tradicional Refugio Neumeyer, acurrucado entre lengas a 1.320 metros en el valle del Challhuaco a unos 18 km al sudeste de la ciudad, se destaca por los itinerarios de sus caminatas guiadas con o sin raquetas, las clases de esquí de fondo que imparte, y los intocados ambientes para la práctica de esquí de montaña que lo rodean.

Este lugar, que forma parte de una reserva estricta del parque, se encuentra en una interesante zona de transición entre el bosque húmedo de la cordillera y la estepa patagónica. Durante una caminata por la floresta virgen, el guía explica las distintas modalidades de transporte sobre nieve, o la geografía de la región, según el interés del grupo. Un paseo de media jornada lleva hasta una laguna congelada, que en verano alberga una especie de rana endémica. Las caminatas de jornada completa en invierno o verano incluyen un ascenso al cerro Challhuaco para contemplar tres picos cercanos. Las caminatas con luna llena finalizan con una cena patagónica de tres pasos. Los programas de trekking y de esquí de fondo incluyen comidas y alojamiento en el refugio. Las excursiones de esquí de montaña son de jornada completa; los requisitos para participar de ellas son un buen estado físico y conocimiento del uso de los esquíes especiales “randonnée” que permiten subir una cuesta caminando estilo esquí de fondo y descender a la usanza alpina.
Luego de un emocionante ascenso por caminos nevados, los clientes de las agencias de viajes llegan hasta los centros recreativos del cerro López y el valle del Challhuaco en vehículos todo terreno manejados por expertos choferes de los respectivos concesionarios.

Cerro Otto (1.405 m)
La tecnología es la estrella del complejo que corona la cima del cerro Otto (1.405 m), a tan solo 5 km de Bariloche. Desde la confitería giratoria, que da una vuelta completa cada 20 minutos, se observan los lagos Nahuel Huapi, Moreno y Gutiérrez, los cerros Tronador, Catedral y López, y las penínsulas Huemul y Llao Llao. El turista alcanza las alturas en un teleférico de cuatro plazas con música funcional y luego desciende en un funicular para 30 pasajeros hasta las pistas de los trineos y las sendas para paseos con raquetas de nieve, disfrutando todo el tiempo de la vista al lago. El nuevo funicular les evita a los visitantes la caminata de unos 200 metros que era la única manera de circular entre la cima y las pistas previo a su construcción (vea foto pre-funicular).

Antes de comer, los comensales pueden ver reproducciones de estatuas de Michelangelo en la galería de arte del complejo, o el museo de fotografías de los pioneros de Bariloche en la confitería.
El complejo cuyo núcleo es el teleférico comparte el cerro Otto con dos pequeños centros de esquí: Piedras Blancas, que enseña esquí alpino y de fondo; y el Centro de Esquí Nórdico que se especializa en dicha modalidad, con 10 km de pistas. Este último también ofrece excursiones en trineos tirados por motos de nieve. Una opción adicional es una salida en uno de los ruidosos y anti-ecológicos cuatriciclos que entusiasman a muchos turistas argentinos.

Para mayor información, visite:
Refugio Neumeyer: http://www.eco-family.com/
Cerro López: http://www.cerrolopezbariloche.com.ar/
Complejo Teleférico Cerro Otto: http://www.telefericobariloche.com.ar/
Una agencia barilochense que se especializa en turismo activo y de naturaleza: http://www.diversidadpatagonia.com/

FOTO CRÉDITOS: Euforia en el cerro López; experiencias con raquetas en el cerro López (arriba) y el valle del Challhuaco; el restaurante Roca Negra en el cerro López, y la vista del lago desde allí; el refugio Neumeyer y una caminata en la nieve; transfer de turistas en vehículos todo terreno en el valle del Challhuaco, todas cortesía de Diversidad. Cerro Otto, cortesía de EMPROTUR.