Temporada de ballenas

Están en el golfo frente a Puerto Madryn desde mayo hasta diciembre.

Antonella Romano / FST
Las ballenas francas australes están de nuevo en el Golfo Nuevo frente a la ciudad de Puerto Madryn en el sur de la Argentina para parir y procrear, como lo hacen todos los inviernos, y los turistas acuden ávidos a su encuentro en barcos que les dan una platea privilegiada desde donde observar su comportamiento. Cada salto, cada navegación “a vela” con la cola fuera del agua para dejarse llevar por el viento, y cada grupo de cópula en que varios machos cortejan a una hembra que se hace rogar dándose vuelta justo debajo de la superficie provoca “oooohs” y “aaahs” de los pasajeros.


En esta parte del mundo, donde han sido protegidos durante más de 30 años, estos animales son pacíficos y curiosos. Si bien es probable que esa manía de sacar la cola fuera del agua obedezca a algún dictado de su especie, uno no puede menos que sospechar que también lo hacen para escuchar el coro humano que tal comportamiento invariablemente suscita. Cuando el capitán avista el característico soplido en forma de “V” que delata la presencia de una ballena de esta especie, le acerca la embarcación. Manteniendo una distancia prudente, apaga el motor y espera para asegurarse de que el animal acepta su presencia. Si la respuesta es negativa, el cetáceo se aleja y el capitán busca otro individuo más amigable. Sin embargo, a la mayoría de las ballenas les agradan los visitantes, a tal punto que nadan de un lado a otro por debajo de la embarcación para observarlos de todos los ángulos, dando a los pasajeros suficiente tiempo para obtener imágenes.

Un impactante video sobre su comportamiento puede verse en http://www.puertopiramides.gov.ar/turismo/media-documentalistas.htm. El internauta también puede asistir a algunas de las 72 horas ininterrumpidas de filmación de la Vigilia de las Ballenas, que se pasan desde el 29 de mayo hasta el 1º de junio en www.lupacorp.com/ballenas/index.php. Para leer más sobre ellas, visite http://www.icb.org.ar/. Esta especie debe su nombre a su zona de distribución – los mares del sur desde la Antártida hasta el Océano Índico – y a ser considerada por los balleneros una presa fácil y bondadosa: es grande, su gordura da un buen rinde de aceite, nada despacio, y flota cuando la matan.
Su modo de comer consiste en nadar con la boca entreabierta, cosechando kril y otros diminutos crustáceos sobre unas barbas queratinosas suspendidas de la mandíbula superior, que le sirven de colador.

Los machos pueden llegar a medir 15,5 metros de largo y las hembras hasta los 17,5 metros, con pesos de entre 45 y 60 toneladas. Los ballenatos miden de 4 a 6 metros y pesan hasta 10 toneladas al nacer.
Durante 300 años las ballenas francas australes fueron cazadas por el aceite obtenido de su grasa, y por sus barbas particularmente blandas, que se usaban mucho en la ropa de moda en el siglo XIX. Tan sólo entre 1835 y 1845, 19.000 fueron sacrificadas. Hoy la población mundial se estima en entre 7.000 y 12.000 animales.
El Golfo Nuevo frente a Puerto Madryn es un área de parición y cría preferida porque su forma curva despista las ondas sonoras de las orcas que pueden llegar a atacar a desvalidos ballenatos recién nacidos. Muchas hembras engendran en aguas profundas cerca de la costa, en lugares como la playa Doradilla a pocos kilómetros de la ciudad.
Las hembras quedan preñadas cada tres años. La gestación lleva 12 meses, la crianza del ballenato un año más. Durante los cuatro a seis meses que están en el golfo, la madre amamanta a la cría y le enseña las técnicas de alimentación y desplazamiento necesarios para sobrevivir en el mar abierto. Durante este período, el ballenato aumenta de peso a razón de 50 a 60 kilos por día.

Las primeras ballenas llegan al golfo desde sus áreas de alimentación sub-antárcticas a fines de mayo, y las últimas se van en diciembre. Durante el tiempo que están allí, casi no comen; viven de la grasa acumulada. De manera que quien quiera ver muchas ballenas llenas de bríos, debería ir en junio, julio o agosto. Es también la época más fría.

Fauna adicional

Pero si usted va en octubre, podrá ver pingüinos magallánicos –presentes en la región desde septiembre hasta abril– además de las ballenas. Las colonias más grandes se encuentran en Punta Tombo a 181 km al sur de Puerto Madryn, y en la costa de la Estancia San Lorenzo, a 160 al norte de la ciudad, en la Península de Valdés.

También, desde septiembre hasta noviembre transcurre la época de reproducción del elefante marino, cuando los enormes machos rollizos inflan sus narices y se yerguen para batallar por la tenencia de los harenes en las playas.
Entre octubre y abril, se presentan las orcas para cazar los lobitos de elefante marino y lobo marino en la rompiente en ciertas playas de de la Península Valdés. Los turistas que no son los fotógrafos profesionales que consiguen permisos para tomar imágenes detrás de escondites especiales sobre dichas playas, tal vez vean la acción a una distancia mayor, a través de prismáticos.
Los lobos marinos están presentes en la región todo el año, si bien en lugares que uno tiene que observar a través de prismáticos. Sólo los buzos provistos de equipos y guiados por una de las empresas de buceo en Puerto Madryn podrían llegar a tener un encuentro cercano con uno de estos animales.

La mejor apuesta de todas, en cualquier época del año, son las pequeñas toninas de coloración blanco y negro que pueden avistarse desde las embarcaciones que operan desde el puerto de Rawson. El capitán no tiene que ir a buscarlas; se acercan rápidas como torpedos, saltando frente a la proa, en los costados y en la estela del barco.

Consejos prácticos

Ballenas
Posibilidades de un avistaje. Contratar una excursión de avistaje de ballenas es como comprar un billete de lotería. El golfo es enorme y los animales pueden estar en cualquier parte. Es muy probable que usted vea una, pero debe aceptar la posibilidad de que éste no sea el caso, y que le devolverán su dinero.

Condiciones climáticas. Además, las salidas de los barcos desde Puerto Pirámides, el puerto oficial de los avistajes de ballenas en la Península Valdés, dependen de las condiciones climáticas. Los barcos no saldrán si el viento está produciendo fuertes olas, y si el tiempo empeora en el medio de una salida, volverán a puerto inmediatamente, los pasajeros agradecidos. Son las reglas de juego del turismo de naturaleza en esta parte del mundo.

Vestimenta. Tenga a mano en una mochila un rompevientos y un saco impermeable, por si el prestador no los provee, o no tiene prendas de su número cuando usted llega. Pantalla solar y anteojos para sol también son necesarios, aun en días nublados.

Competencia por un lugar. Cada salida de avistaje dura más o menos una hora y media, y los barcos no esperan a los rezagados. De esta forma, si un minibús de una agencia de turismo llega tarde porque algunos miembros del grupo no pudieron levantarse a tiempo para estar listos a la hora designada para su hotel, todos los pasajeros tendrán que esperar una hora y media hasta la próxima salida.
Acuérdese también de que cuanto más cerca está su hotel del punto de partida del recorrido del minibús, mejor asiento conseguirá para el viaje hasta Puerto Pirámides. Quienes están últimos en el recorrido podrán dormir un poco más, pero tendrán los peores asientos (los de atrás, o con menor espacio para las piernas.

Caminos de ripio. El tramo del camino entre Puerto Madryn y Puerto Pirámides está pavimentado, pero el camino de la península más allá del acceso al puerto de avistajes es puro ripio. Quienes han alquilado un auto deben seguir solamente si son expertos conductores en estas condiciones.

Ubicación del alojamiento. Quienes se interesan principalmente por el avistaje de ballenas y por la vida en una pequeña comunidad costera podrían considerar la posibilidad de alojarse en uno de los hoteles u hosterías de Puerto Pirámides por un par de días. Así pueden ser los primeros en subir al primer barco que sale a la mañana. Cuando se cansan de las ballenas, pueden mudarse a otro lugar.

Quienes pretenden una experiencia extraordinaria en alojamiento, comida gourmet y variedad de contactos con la naturaleza no deberían perderse el pasar unos días en El Pedral, una casa de estilo normando típico de los años 1920, admirablemente restaurada y muy bien atendida, en Punta Ninfas, sobre la entrada norte del Golfo Nuevo.

Toninas
Excursiones de avistaje de toninas salen desde Puerto Madryn hasta el punto de embarque en Rawson. Pero también salen desde Trelew, que tiene un impresionante museo paleontológico y está, además, mucho más cerca de Rawson, la pingüinera de Punta Tombo, y Gaiman, importante centro de la comunidad galesa en la provincia del Chubut, adonde se mudaron muchos de los primeros pioneros luego de desembarcar en Puerto Madryn en el siglo XIX.

Para mayor información sobre alojamiento y excursiones en esta parte de la provincia del Chubut, llame a la Oficina de Turismo de Puerto Madryn al (02965) 453-504 y la Oficina de Turismo de Trelew al (02965) 420-139, y vea www.madryn.gov.ar/turismo y http://www.trelewpatagonia.gov.ar/. En Buenos Aires, pase por la Casa del Chubut en Sarmiento 1172 o llame al 4383-7458.


FOTO CREDITOS: Fascinación de los pasajeros por una cola de ballena en el Golfo Nuevo, Bonnie Tucker. Ilustración de una ballena franca austral, www.puertopiramides.gov.ar. Orgía de ballenas, Bonnie Tucker. Secuencia del salto de una ballena, www.puertopiramides.gov.ar. Pingüinos en la playa de la Estancia San Lorenzo, Península Valdés, Bonnie Tucker. Avistaje de toninas cerca de Rawson, Toninas Adventure. Un barco de avistaje de ballenas es arrastrado sobre trailer a tierra por un tractor, BonnieTucker. El Pedral Lodge en Punta Ninfas, BonnieTucker. Map, FST staff.